Si la Junta Ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprueba este 14 de diciembre de 2022 el desembolso por $ 700 millones, el programa que mantiene con Ecuador habrá concluido.

El organismo debe aprobar la sexta revisión de metas con corte a agosto de 2022 para cerrar el acuerdo de Facilidad Extendida (EFF, por sus siglas en inglés), que fue suscrito en 2020 por el expresidente Lenín Moreno y renegociado en 2021 por el actual mandatario Guillermo Lasso.

De pasar el último examen, será la primera vez que Ecuador culmine un acuerdo con el FMI de los 22 programas que ha mantenido el país con el organismo desde 1961, según economistas que han trabajado de cerca con el multilateral.

¿Cómo queda la economía ecuatoriana tras completar el acuerdo? El mismo FMI realizará una evaluación del acuerdo en un año, aseguró a EXPRESO un portavoz del organismo.

Si bien en estos tres años Ecuador ha logrado mejorar sus cuentas fiscales, lo que se refleja en un menor déficit fiscal, uno de los asuntos pendientes es el crecimiento económico, el cual no ha sido lo suficientemente fuerte como para crear suficientes plazas de trabajo.

“El FMI fue un salvavidas en medio de la pandemia”, asegura Francisco Rivadeneira, que ocupó el cargo de representante de Ecuador ante el organismo multilateral entre 2015 y 2021.

“Sin el financiamiento del Fondo nos hubiéramos hundido por completo”, sostiene Rivadeneira. Solo en 2020, el organismo desembolsó casi $4.500 millones para amortiguar la crisis de la pandemia. En total, la deuda con el FMI asciende a $7.166 millones y con el posible desembolso de los $ 700 millones la deuda subirá a $ 7.866 millones, convirtiéndose en el mayor acreedor del país.

Del otro lado, el crecimiento de Ecuador ha sido uno de los puntos débiles. A la economía nacional le ha costado recuperarse tras la pandemia de COVID-19. El país está a la cola de la reactivación en la región y se espera que en 2023 la economía alcance los niveles prepandemia.

El ajuste y la falta de ahorro fiscal para hacer frente a la crisis complicó la situación, según analistas. “Cuando tú ajustas fiscalmente, eso tiene un efecto en el crecimiento. Es muy difícil lograr las dos cosas al mismo tiempo”, reconoce Rivadeneira.

En su último reporte, el FMIseñala que la economía crecerá a un ritmo del 2,8 % hasta 2027.

Para Verónica Artola, quien fue gerente del Banco Central del Ecuador (BCE) durante un tramo importante del acuerdo con el Fondo, no es culpa del organismo, sino de la falta de políticas del Gobierno.

“Tienes recursos, tienes una reserva internacional por los $ 8.000 millones, tienes unos resultados fiscales interesantes, con resultados superavitarios, pero eso no se está reflejando en la economía”.

Con Artola coincide el exministro de Finanzas Fausto Ortiz, quien asegura que “quizás la parte negativa es que se alargó mucho el ajuste. El ajuste debió haber terminado el año pasado y en 2022 flexibilizarse un poco más. El Gobierno prefirió mantener el ajuste del programa y no el crecimiento”.

Uno de los aspectos de los cuales no se ha hablado tanto tiene que ver con las metas sociales que planteó el acuerdo, dice Artola, con las cuales más personas accedieron a los bonos sociales.

Cerrar exitosamente el actual programa le permitirá al Gobierno concretar una de sus intenciones: acceder a un nuevo programa con el FMI. El ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena, señaló que unas posibles conversaciones para un nuevo programa podrían concretarse en el primer trimestre de 2023.

El desafío es formular las metas para los próximos tres años, especialmente considerando la desviación entre los supuestos del FMI y los datos oficiales de Ecuador, manifestó la semana pasada Siobhan Morden, directora general de Estrategia de Renta Fija de Latinoamérica de Santander Investments Securities. “Aquí es donde se complica cómo (proceder), o si la administración de Lasso puede comprometerse con la reforma económica y el ajuste fiscal bajo la débil gobernabilidad”, añadió.