Desde el pasado 23 de noviembre de 2023, el día en que Daniel Noboa asumió como presidente de la República, ya corren los 90 días para que envíe la proforma 2024 a la Asamblea Nacional. Es decir, hasta el 20 de febrero del próximo año.

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El presupuesto 2024 será el único que deberá elaborar Noboa en su período de 18 meses porque para 2025 regirá la misma del año previo, es decir, tendrá un presupuesto prorrogado al ser año de elecciones.

El documento, que será una declaración de intenciones en materia fiscal del mandatario, tendrá dos grandes factores que marcarán su elaboración:menores ingresos por la salida de operaciones del Bloque 43-ITT, ubicado en el Parque Nacional Yasuní tras la consulta popular, y la nueva reforma tributaria.

El gerente de Petroecuador, Reinaldo Armijos, ha mencionado que el campo petrolero producirá su último barril de crudo el 31 de agosto de 2024. En campaña, Noboa minimizó el impacto de cerrar el bloque petrolero, cuya producción actualmente sobrepasa los 50 mil barriles por día.

Según Noboa, el impacto será mínimo por los altos costos de producción. Sin embargo, calificadoras de riesgo como Fitch han señalado que el cierre del Bloque 43-ITT representará unos 600 millones de dólares menos al año para el presupuesto del Estado.

El otro factor tiene que ver con la reforma tributaria que alista Noboa. Las principal propuestas incluyen ideas como la reducción del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los materiales de la construcción para dinamizar el sector o exenciones para las empresas que contraten empleados jóvenes.

Si el Gobierno quiere que la reforma tributaria entre en vigencia en 2024 deberá aprobarla hasta antes del 31 de diciembre porque los cambios en impuestos solo rigen a inicios de cada año fiscal. Además, la propuesta legal debe llegar a Legislativo hasta el 30 de noviembre para que sea discutida en un mes, al tener el carácter de económico urgente.

La reforma ha causado dudas en los mercados internacionales porque pueden implicar menos ingresos tributarios en momentos de una compleja situación fiscal, que se refleja en un déficit cercano a los 5.000 millones de dólares al cierre de 2023.

El déficit fiscal ocurre cuando un gobierno gasta más dinero de lo que recauda en ingresos. Cuando hay un déficit, el gobierno generalmente tiene que pedir prestado dinero para cubrir la diferencia entre lo que gasta y lo que recauda.

Para Jaime Carrera, secretario del Observatorio de la Política Fiscal, la reforma tributaria de Noboa también debe traer medidas compensatorias para los incentivos que espera hacer el mandatario. Además, debe considerar que en 2024 habrá menos ingresos de impuestos por varios factores, como la última reforma tributaria del expresidente Guillermo Lasso o la reducción del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD).

Otro factor a considerar será el precio del barril de petróleo para 2024, señaló el exministro de Finanzas, Pablo Arosemena, “Es clave ser cautos y conservadores con precio y producción del petróleo”, añadió.

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