El colapso que este año han sufrido las bolsas de valores del país también se alimenta por la baja dinámica que han tenido las transacciones de acciones empresariales. El entorno de incertidumbre para invertir, agravado por la crisis económica motivada por la COVID, hizo que los montos negociados, registrados hasta noviembre, se derrumbaran un 70 %.

EXPRESO el pasado martes dio a conocer cómo la pandemia y las denuncias de corrupción afectaron en un 30 % las negociaciones del mercado bursátil; una factura que hoy se refleja con creces en la compra y venta de acciones. Según cifras de este sector, hasta el mes pasado, estos títulos valores llegaron a mover $ 27,3 millones, $ 68 millones menos si se los compara con lo registrado en el 2019 (incluyendo diciembre).

Esta caída, explican los expertos de este mercado, está dada por el escaso dinero en circulación dentro de la economía en los primeros meses del año. Y si bien la liquidez ha venido mejorando desde la segunda mitad de año, la evolución de la pandemia sigue generando sus efectos. “La oferta monetaria está ahí, pero vemos que no termina de colocarse en segmentos productivos. Hablamos del crédito de los bancos y también en la inversión en papeles de renta fija y variable (acciones) del mercado de valores”, señala Bernardo Orellana, experto en el mercado bursátil.

Y esto, dice, responde a las dudas que aún existen sobre los niveles de rentabilidad de invertir en el actual escenario. “La pandemia ha dejado a algunas empresas tipo zombi, es decir que no sabemos si están vivas o muertas... De ahí que del lado de inversionistas es difícil aventurarse a invertir en el largo plazo”. Mucho menos, acota, si la rentabilidad que se obtiene por estos títulos es variable, es decir que en muchos casos se alcanza de acuerdo con el desempeño que tiene cada negocio.

Pese a la baja, Corporación Favorita (la empresa con el mayor número de accionistas en el país, con 17.885) fue la que más transacciones registró: $ 14,5 millones. Le siguen otras firmas como Brikapital, Banco Guayaquil, San Carlos, Holcim, entre otras.

Pablo Cortez, director ejecutivo de Uribe Schwarzkpof, que patrocina el fondo de inversión inmobiliaria Brikapital (que este año vio decrecer sus negociaciones de $ 6 millones a $ 1 millón), admite la complejidad del mercado, pero aclara que la caída del volumen de transacciones “no necesariamente está ligada al deterioro del perfil de riesgo de las empresas”, sino a la falta de disponibilidad de recursos en un mercado que además ha sido incierto.

“En nuestro caso, en este año de pandemia no hemos dejado de generar ingresos, hemos tenido que cambiar de inquilinos, pero los que se han ido han sido rápidamente reemplazados. Seguimos siendo una compañía que va a repartir utilidades, incluso en este año. Unos puntos porcentuales menos, pero seguiremos siendo una empresa que sigue pagando dividendos atractivos”, dice.

La baja demanda también repercutió en el valor de las acciones dentro del mercado. Según datos de la Bolsa de Valores de Quito (BVQ), un título de Corporación Favorita que en enero costaba $ 2,50, si en noviembre tuvo que venderse, se lo hizo en $ 2,39. En el caso de Banco de Guayaquil, la acción cayó de $ 1,10 a $ 0,86. Y de Brikapital, de $ 1.000 a $ 948.

No obstante, en este mercado se cree que el efecto es temporal y que la situación podría mejorar de la mano de la recuperación económica que se espera tras la llegada de la vacuna contra la COVID, que en teoría permitirá acelerar la reactivación del aparato productivo y con ello el flujo de capitales. 

Para saber

• Mercado bursátil: En lo que va del año, en las bolsas de Quito y Guayaquil se ha logrado emitir un total de $ 970,5 millones en títulos valores. Menos que los $ 1.386 millones del año pasado.
• En acciones: Lo que se ha movido en acciones apenas alcanza los $ 27 millones, de los cuales $ 14 millones corresponden a Corporación Favorita, la empresa que mayor número de accionistas tiene (hasta ayer, más de 17.000).