Mientras la estructura económica y social del país, así como la confianza en un futuro mejor, tambalean ante anuncios y medidas contradictorias; los llamados revolucionarios -especialmente aquellos que están acusados de delinquir contra el tesoro público- continúan ofendiendo la sensibilidad y el intelecto de un pueblo, y los principios y valores que han cimentado por siempre nuestra sociedad, recurriendo a falacias con aparente tinte de legalidad, al no tener argumentos válidos para su defensa. Según los medios, existen pruebas en contra del vicepresidente para su destitución y enjuiciamiento por su posible responsabilidad en algunos delitos contra el patrimonio estatal, quien goza de vacaciones -autorizadas por sí mismo- en una cárcel de la capital, hecho insólito que no guarda coherencia con los procedimientos administrativos que debe observar todo funcionario público, como lo es –también- un vicepresidente del Ecuador. En este caso y otros más, sobre los que no cabe la menor duda de una flagrante corrupción, la cirugía mayor ofrecida por el presidente Moreno, no se concreta. El Gobierno continúa con las mismas prácticas de endeudamiento, tema en el cual se hicieron expertos los funcionarios del gobierno anterior, que son los mismos de hoy, que repiten los mismos errores que nos llevan a la ruina.

Leonardo Cueva Piedra