La confianza y aprobación de las instituciones, en picada. A 66 días de que el presidente Lenín Moreno abandone Carondelet la mirada de la población a su gestión es cada vez más negativa, mes a mes.

La última encuesta de Cedatos, elaborada entre el 12 y el 16 de marzo, determinó que apenas uno de cada diez ecuatorianos califica como “muy buena y excelente” la gestión del Gobierno actual.

La palabra del presidente tiene algún valor apenas para el 2,8 % de los entrevistados de 17 ciudades y localidades de áreas urbanas y rurales de la Sierra, Costa y Amazonía.

Los escándalos y el mal manejo de la pandemia de la COVID-19, la opacidad y desorden en el plan de vacunación, sumado a la inestabilidad de su propio Gabinete en el que se produce, al menos, una renuncia por semana, se empieza a reflejar en las cifras.

Moreno asumió el poder en 2017 con una aprobación del 66 %; y a mayo de 2020, en uno de los picos de la pandemia, registraba el 18,7 %, según Cedatos. El mes pasado, la encuestadora Click Report ya ubicada en el 7,7 % la credibilidad de su palabra.

El escenario podría ser aún peor en las próximas semanas, si se toma en cuenta que la encuesta de Cedatos se cerró tres días antes de que estalle el listado de los vacunados que se saltaron la fila, entre funcionarios públicos y amigos cercanos al primer mandatario.

Pero no es la única instancia que termina mal parada. A la Asamblea Nacional le quedan escasos 56 días de gestión y la mirada de la ciudadanía hacia el trabajo de los legisladores no difiere en mucho de la que tienen sobre la Función Ejecutiva.

De cada diez consultados, cuatro creen en lo que dicen los asambleístas y apenas dos consideran que la Función Legislativa ha tenido una actuación muy buena en estos cuatro años (ver gráfico).

Las elecciones generales del 7 de febrero también están pasando factura al Consejo Nacional Electoral (CNE) que tiene una aprobación, según Cedatos, del 12,3 % a puertas de una segunda vuelta.

Los reclamos de los candidatos, especialmente el del Pachakutik, Yaku Pérez, sobre un supuesto fraude en su contra que incluso provocó la movilización de un grupo de indígenas a Quito, minó la credibilidad de la institución encargada del proceso electoral. La palabra de su presidenta, Diana Atamaint, también quedó en entredicho.

El CNE tendrá una reestructuración en octubre, si antes no actúa la Asamblea Nacional sobre sus integrantes.