"No tenemos a dónde ir", es el lamento de Gloria Zaruma, quien teme que su vivienda sea arrastrada por la quebrada que pasa a tan solo 10 metros de distancia. 

La pequeña casa de su vecina, una construcción de madera y adobe, no corrió con la misma suerte. Parte de la estructura fue destruida por las grandes rocas que cayeron entre la noche del sábado y la madrugada del domingo en Marianza. 

En la casa de Gloria viven nueve personas, cuatro de ellas son niños y un adulto mayor. 

Pese a que un aluvión de mayor magnitud golpeó la zona hace dos años, pocos han sido los cambios que han beneficiado a los habitantes de la parroquia Sayausi, que es el principal ingreso a Cuenca.

Producto de las fuertes lluvias registradas en las últimas 48 horas, se afectaron más de 12 kilómetros de la vía Cuenca-Molleturo-El Empalme. 

Viajeros que llegaban de Guayaquil a la ciudad de Cuenca durante la noche del sábado se quedaron varados entre los dos deslaves registrados. 

Felipe Rivas tuvo que pasar la noche junto a su hijo en la zona de Dos Chorreras, en el Cajas, para caminar hasta la ciudad en la mañana del domingo. 

"La buseta que nos trabajó se quedó varada entre los dos derrumbes. Los bomberos nos ayudaron a atravesar entre las grandes rocas que cayeron a la vía", comentó. 

Los ganaderos y agricultores de la zona también resultaron afectados. Según el testimonio de los habitantes, cerca de 10.000 litros de leche no podrán ser comercializados. 

Evaluación de la zona

Luis Torres, jefe de reducción de riesgos del Municipio de Cuenca, explicó que los deslizamientos de mayor magnitud ocurrieron entre los kilómetros 13 y 16 de la vía. 

Sin embargo, hay restos de material desde el kilómetro 9, donde inicia la comunidad de Marianza, hasta los Molinos de Sayausí. 

Producto de esto, en la zona de Zorrocucho, una vivienda se destruyó y otro inmueble está en riesgo. Además, un restaurante también fue afectado por el deslizamiento de mayor magnitud registrado en el kilómetro 15. 

En el tramo afectado hay más de 10 quebradas en riesgo de desbordarse y provocar mayores problemas. 

La vía continuará cerrada debido a la lluvia constante, que dificulta las labores de limpieza. En la zona trabajan personal del GAD Parroquial, Municipal, Prefectura del Azuay y Ministerio de Obras Públicas con volquetas, tractores y retroexcavadoras que tratan de retirar el material arrastrado por el agua. 

Las labores iniciaron cerca de la medianoche del sábado y se extendieron hasta ayer, domingo 5 de mayo. Dentro de la ciudad, el riesgo latente es la creciente de los ríos que se mantienen en prealerta, según el informe de la Empresa de Agua Potable de Cuenca.

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