La nueva ola de apagones que registra el Ecuador en menos de seis meses es una realidad en la que convergen lo político y lo técnico. Al déficit de energía eléctrica que vive el país por diversos factores climáticos, se suma una cadena de omisiones políticas que han resultado en una crisis energética.

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El 15 de abril de 2024, tras las quejas de varios ciudadanos por cortes repentinos en diferentes partes del país, el Ministerio de Energía anunció nuevos racionamientos de energía. Según sostuvo la cartera de Estado, la región vive una sequía que afecta a la generación de energía hidroeléctrica.

Las consecuencias no se hicieron esperar: el presidente Daniel Noboa reaccionó solicitando la salida de Andrea Arrobo del Ministerio de Energía y reemplazándola temporalmente por el ministro de la cartera de Transporte y Obras Públicas (MTOP), Roberto Luque.

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Además, el primer mandatario declaró la emergencia en el sector eléctrico y adelantó que remitió a la Fiscalía General del Estado una denuncia por supuesto "sabotaje" en algunas centrales eléctricas del país. Incluso dijo que esta crisis podría responder a la cercanía de la consulta popular 2024.

La crisis energética, un problema técnico que no ha sido atendido

Desde la arista técnica, Ecuador experimenta la presencia de tres factores que han sido devastadores para el sector energético del país, señala el experto en temas energéticos y docente de la Universidad Técnica Particular de Loja, Raúl Castro.

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La oferta y la demanda, el clima y la falta de mantenimiento al resto de fuentes de energía son los factores que, a criterio de Castro, mantienen en jaque al país con una nueva ola de cortes de energía.

"Tenemos más demanda que oferta. Es decir, necesitamos una mayor cantidad de energía de la que podemos generar", dice y explica que esa es una realidad que se puede observar en números. "En 2022 crecíamos (la demanda energética), en promedio, un 3.5% cada año. Sin embargo, en 2023, esa cifra registra un crecimiento del 8.5%, tendencia que se mantiene en lo que va del 2024", acota.

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Aunque gran parte del déficit energético responde a un factor climático, ya que la región enfrenta una etapa de sequía que afecta a la generación de energía en Ecuador al tener una matriz principalmente hidroeléctrica, eso no le resta peso a otro de los condicionantes: la falta de mantenimiento al resto de fuentes de energía que posee el país.

"Hay que recordar que trabajamos con máquinas (para generar energía eléctrica) y estas necesitan de mantenimiento cada cierto tiempo", sostiene y acota que para preservarlas sin que se afecte el flujo eléctrico es necesario contar con otras fuentes de energía, algo de lo que no goza Ecuador.

De hecho, Castro recuerda que la falta de mantenimiento al parque termoeléctrico es un problema que varios expertos del sector energético han señalado a lo largo de los años. "Hemos fallado en eso", acota y aclara que, aunque no resolvería el problema del déficit, sí ayudaría a que los racionamientos de energía sean por menos tiempo.

Las omisiones políticas y la crisis diplomática trastoca al sector energético

Además de los factores técnicos, para el exministro de Gobierno, Mauricio Gándara, existe una serie de responsabilidades políticas que han mermado el sector energético. Sobre todo por no tener sentido de urgencia ante la crisis que se le avecinaba al Ecuador.

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"Ha existido una incapacidad manifiesta de los que han tenido a su cargo el cuidado del sector eléctrico porque las cosas no se dan de un día para otro", señala y acota que, empezando por los ministros de Energía, ha existido una improvisación por parte de estos funcionarios públicos.

De hecho, los dos últimos ministros de Energía y Minas han trascendido por escándalos, más que por buenos resultados. El exministro Xavier Vera, por ejemplo, enfrenta un juicio por cohecho; mientras que Fernando Santos Alvite enfrenta un juicio político en la Asamblea Nacional por presunto incumplimiento de funciones en la crisis energética.

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La incapacidad de los funcionarios a cargo del sector eléctrico, según continúa Gándara, se suma a la crisis diplomática. ¿Por qué? Porque sin tener la capacidad de suplir la demanda de energía, se hace más que necesario extender la mano a los países vecinos, quienes ya no nos están ayudando.

"En medio de esta crisis nos ocurre la desgracia de estar peleados con algunos países del mundo y también con los vecinos", dice y señala que la negativa de Colombia de ya no vendernos energía no  es una postura técnica, sino política, en solidaridad con México.

Estando "prácticamente solos" ante la crisis energética, según Gándara, se hace importante que el presidente Daniel Noboa ubique a personas con experiencia y capacidad resolutiva al frente del  sector energético. "Sin embargo, ubican al ministro de Transporte y Obras Públicas que poco sabrá sobre esta materia (...)", acota el exministro de Gobierno.

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