La Constitucion de 1830
En la edición de Memorias Porteñas de hoy analizo el vacío de políticas económicas de la primera Constitución de Ecuador (debería ser la segunda, después de la Constitución de Guayaquil de 1820). La redactó una comisión en la Asamblea Constituyente, Olmedo la presidió. En ella está ausente el pensamiento económico liberal inglés.
Olmedo vivió en Londres, estuvo informado de los escritos de Adam Smith y otros brillantes economistas europeos. Smith vio en la vida económica, un proceso de creación de riqueza y otro de emancipación de la mente, donde la obligación más importante de la sociedad es disminuir la pobreza. En sus palabras: “Seguramente ninguna sociedad puede florecer y ser feliz, si una parte importante de sus miembros son pobres y miserables”. Para él, el capitalismo emancipa la mente. Cuando el Estado de derecho prevalece, el ser humano satisface todas sus necesidades, recibe seguridad del Estado y aumenta la curiosidad intelectual. También crea capacidad innovadora en cada uno de los miembros de la sociedad, indispensable para el crecimiento económico y la invención tecnológica. Escribió la importancia de la competencia como instrumento para crear crecimiento.
La Constitución de 1830 tampoco recogió el pensamiento liberal económico de los Padres de la Patria de Estados Unidos, plasmados en su Constitución. Alejandro Hamilton nos da una lección que hasta la fecha no hemos aprendido: “La nación que vende en el mundo internacional pocos artículos seguramente será más rápida y sensiblemente afectada por el estancamiento de la demanda, que aquella que siempre posee una gran variedad de productos para la exportación”. John Adams afirmaba: “Debemos apoyar cada esfuerzo que promueve escuelas, colegios, universidades, academias y cada institución que desea propagar conocimiento, [...]. Es la única forma de preservar nuestra constitución”. James Madison sostenía: “El gobierno se ha constituido para proteger la propiedad de cualquier forma [...] este es el fin del gobierno...”. La definición de propiedad de Madison incluyó la propiedad intelectual.