Una columna de rocas es el escudo de Chanduy
Los 540 metros lineales que comprenden el área del malecón de Chanduy quedó protegido de los embates del mar con un enrocado donde se utilizó piedra coraza, cuyo peso técnico de cada roca oscila entre 3 y 5 toneladas.
Los enormes peñascos sirven de escudo para que los embates del mar no causen más estragos en el área costera del citado sector. Para que los pescadores y turistas puedan acceder a la playa se construyeron dos escalinatas.
Setenta días duraron los trabajos de construcción de este muro que le permitirá a esta parroquia protegerse de la erosión del borde costero. La labor fue efectuada mediante un convenio entre la Prefectura de Santa Elena y la Secretaría de Gestión de Riesgos (SNG).
“La obra de estabilización evitará la erosión del borde en los acantilados sobre los que se asienta una importante infraestructura pública y privada”, dijo Juan Antón del área de Gestión Riesgos del ente provincial. “El enrocado mitigará el daño que venía sufriendo esta población por la fuerza del mar”, agregó el funcionario.
Los habitantes de Chanduy señalan que el mar les comenzó a ganar terreno desde 1993 cuando fuertes oleajes, productos del fenómeno El Niño, destruyó en aquel entonces varias viviendas que habían sido levantadas cerca de playa.
“Desde esa época el mar continuó avanzando y el suelo comenzó a desprenderse. El año pasado una chica murió cuando parte de la tierra se fue abajo. Ella estaba en la playa y quedó enterrada”, comentó José Ascencio, uno de los habitantes de Chanduy.
La inversión para la construcción del enrocado fue de $ 819.113,84. Cada entidad aportó con el 50 %. Así lo confirmó Patricio Cisneros, prefecto de Santa Elena.
La autoridad aclaró que por causas ajenas a la institución que dirige hubo un retraso en la ejecución de la obra. “Luego que se dio solución al inconveniente, que por cierto no fue nuestro, de inmediato se continuó con los trámites correspondientes para hacer realidad este anhelo de los pobladores de Chanduy”, agregó Cisneros.
