Los chinos abren fábricas de zapatos en Guayaquil

Los chinos abren fabricas de zapatos en Guayaquil

Suena también una canción de moda al otro lado del mundo, interpretada en un chino mandarín que pocos occidentales son capaces de entender.

La oficina es amplia y está aromatizada por un incienso lavanda que emana de algún lado. Suena también una canción de moda al otro lado del mundo, interpretada en un chino mandarín que pocos occidentales son capaces de entender.

En medio de ese espacio está Fu Yangwei, más conocido entre sus trabajadores como Andy Fu. Es el joven administrador de la planta que cada día produce hasta cinco mil zapatos que luego son distribuidos en la ciudad y en el resto del país.

Plantada en un espacio de 30 mil metros cuadrados, la fábrica de propiedad de la empresa Negowinsa S.A. es una de las doce que hay en la ciudad, y está dedicada a elaborar calzados chinos, pero que llevan el sello de ‘Hecho en Ecuador’.

“Nosotros importábamos, pero con los impuestos que impuso el Gobierno hace cinco o seis años, decidimos montar la fábrica”, dice Fu.

La comunidad de comerciantes asiáticos en esta ciudad está conformada por chinos y coreanos. De los primeros se calculan más de 6.000 residentes. Los hay desde dueños de restaurantes, empresas distribuidoras de carros y de locales en las bahías.

De ese grupo es que salieron los inversionistas que el 2012 se propusieron montar una fábrica de zapatos como los que hasta entonces importaban desde el continente asiático.

“Fue a mi madre -Yang Xiaoai- que se le ocurrió lo de la fábrica. Ella viaja mucho y vio en otros países que era rentable. Durante un año buscó a otros paisanos. Los convenció y así se decidió la importación de la maquinaria”.

Negowinsa ocupa solo 17 mil metros cuadrados del terreno que tienen en el Parque Industrial Inmaconsa y en el que se produce apenas el 25 % de la capacidad máxima.

Sus zapatos son de marca Costa, que como el chaulafán, aparece por todos lados.

“No podemos fabricar más porque la demanda ha bajado. Antes importábamos más. A países como Perú, Colombia y Brasil. Ya menos”, dice Fu.

En aquel sitio hay apenas tres asiáticos. Uno es Fu, el administrador, mientras que los otros dos son técnicos. El resto del personal de la planta está copado por empleados locales, que por medio de audífonos conectados a sus celulares escuchan los últimos éxitos de Ricky Martin y Romeo Santos.

Ellos producen zapatillas y tipo crocs, pero en el centro de la ciudad y en los alrededores de la Bahía, hay tiendas que venden desde sandalias para damas y calzados casuales. Todos llevan la marca de ‘Hecho en Ecuador’, pero son hechos por fábricas cuyos dueños son chinos. Hay marcas como Ronato’s, Yang, Xiade Yao, Costa.

Zapatos producidos por fábricas como Chang Jiang Shoes, Industrial Hua Ser, además de Fu Costa, entre otras, que están distribuidos por diferentes sectores de la ciudad.

Pero también hay empresas dedicadas a producir ropa, sábanas, árboles de Navidad...

Casi todos llegaron para instalarse en locales de la Bahía que al quedarse sin opción de la importación de productos desde China, decidieron montar sus factorías.

Las tiendas siguen ahí. El origen de los productos es el que ha variado.

Locales donde el dialecto es una mezcla de chino mandarín -el de sus dueños- y de español -el de comerciantes y clientes-.