Después de cuatro años de abandono, el edificio de la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) abrirá nuevamente sus puertas. Esta vez no como la sede del organismo de integración de países de la región, sino como el Centro Interactivo de la Biodiversidad ‘BioDiversa’, en el norte de Quito.

El pasado 1 de junio de 2023 se firmó el Decreto Ejecutivo 756 en el cual se encargó al Ministerio del Ambiente, junto al Instituto Nacional de la Biodiversidad (Inabio), la creación de este espacio.

Tres meses después, Diego Inclán, director de Inabio, asegura que ya hay una fecha de apertura de la primera parte de este proyecto al público: noviembre de 2023. Pero se prevé que el proyecto esté listo en su totalidad en 2024.

Inclán explicó que la creación de Biodiversa contará con tecnología de punta, de manera que los visitantes puedan vivir una experiencia integral. Este será un lugar de encuentro para estudiantes, científicos, investigadores, emprendedores, ciudadanos y quienes estén interesados en la conservación del medio ambiente.

Además, se fomentará el intercambio de conocimientos, tradiciones, cultura y economía, relacionados con la biodiversidad.

‘BioDiversa’ podría ser el primer centro de investigación, vinculación, innovación tecnológica y uso sostenible de la biodiversidad del país. Y su costo sería de 35 a 45 millones de dólares.

“Solo en la prefactibilidad del centro se están invirtiendo cerca de 260 mil dólares, mediante una cooperación técnica con el Gobierno de Alemania”, enfatizó.

Sin embargo, aún esperan culminar con las etapas para definir la inversión final.

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SE ENTIERRA A LA UNASUR

César Luis Barthelotti, abogado y analista político, señala que la inversión del Gobierno Nacional en un edificio que está en buenas condiciones es necesaria.

“El nuevo destino de la Unasur debe ser analizado desde dos aristas. La primera está relacionada con la muerte política de Unasur”, manifiesta Barthelotti.

En 2019, tras un Decreto Ejecutivo en el gobierno de Lenín Moreno, Ecuador salió de la Unasur y la decisión obedeció al "escenario crítico" que atravesaba el organismo regional, el cual no le permitía cumplir con el propósito de trabajar por la integración sudamericana.

Mientras que “la segunda arista es que al estar ubicada en una zona completamente turística, puede convertirse en un nuevo atractivo”, acotó. Pues esta estructura se encuentra junto a Ciudad Mitad del Mundo, que recibe -en promedio- más de 500 mil personas al año.

Inty Arcos, biólogo ecólogo especialista forestal del Chocó Andino, habló sobre la parte funcional y la importancia de aquel proyecto que plantea dar vida a la olvidada Unasur.

“Un centro de biodiversidad es un espacio que pretende fomentar la economía extractivista con la economía basada en naturaleza, ojalá que esté lugar sirva para empezar a explorar el gran potencial que tiene Ecuador, para de esa manera generar alternativas económicas”, finalizó.

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