El canto popular

Aún hay mucho que pensar y decir sobre la canción y los cantores populares (rapsodas de las sociedades modernas). Aparecen, se recrean y resurgen. Siempre renacen y se reinventan. A ellos y sus productos, el tiempo social -efímero y fugaz, y otro más largo y de apariencia “eterna”-, con cierres y clausuras, no los afecta. Son personajes, hechos, mitos, leyendas y relatos recreados metafísicamente. Sus creaciones y autores son parte de la historia popular. Viven porque nacen en las entrañas del pueblo y sobreviven en las cronologías reiteradas, tejidas de ese ambiente.

Lo popular nace, y recrea y teje lo humano y mundano que hacen y desasen las colectividades; busca afirmar algún sentido de esa vida. Lo dice en sus creaciones y canciones.

Esta es la razón sociohistórica que explica el tango y Gardel; el pasillo y JJ; la música rocolera y el ‘Jefe’; la salsa y la Fania, Celia Cruz y el Gran Combo; el rock y Elvis Presley, Los Beatles; Los Wawancó y la cumbia, etc., que eluden las horas-días de los relojes. Son temporales pero viven en procesos sincrónicos.

La tierra de Paz, México, es una sociedad fecunda en producir ídolos, mitos y ritos de la canción y cantores populares. Hay una larga lista. En ellos socialmente existe y se da un mismo origen y destino: son pobres, humildes, de gran talento, que se hacen memorias del pueblo. Por eso cuando este los descubre, los crea y venera. Así se hacen historia social de esos sectores. Juan Gabriel fue de esta estirpe: creador y compositor fecundo. Cantor creativo. Dueño de una voz sensacional (con giros, altos y bajos, inusitados y geniales). Haber producido 1.800 canciones, grabado 1.200, así como llenar coliseos y estadios dice de su valor en el alma popular. Fue generoso y de constante creatividad para el amor y desamor. Estos son, entre otros, los hechos que el pueblo percibió para hacerlo ídolo, mito, rito y llamarlo el Divo de Juárez.

La historia de ellos y la mítica devoción de sus seguidores no está en textos de historias oficiales y páginas de los relatos de una academia que pervive a espaldas, sorda y ciega de lo popular.

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