Apagones en Ecuador: ¿Qué futuro le espera al país ante la crisis eléctrica?

La crisis eléctrica en Ecuador ha trastocado tanto la rutina de los hogares como la operación de numerosos negocios, generando un impacto en la economía del país, así como en la salud emocional de los ciudadanos, quienes han reportado síntomas de estrés y ansiedad, reflejando así el efecto profundo que estos apagones están teniendo en la calidad de vida.

¿Qué medidas está implementando el Gobierno para abordar la crisis?

El presidente Daniel Noboa ha declarado públicamente que la crisis podría resolverse para diciembre de este año, si las estrategias implementadas tienen éxito. El Gobierno Nacional ha adoptado medidas emergentes, como la contratación de 341 megavatios (mW) de generación eléctrica; sin embargo, actualmente solo 100 mW están en funcionamiento, a través de la barcaza turca de Karpowership. Los 241 mW restantes se esperan que estén habilitados entre noviembre y diciembre de 2024.

Si se añade 69 mW de proyectos previamente abandonados, la administración de Noboa aspira a cumplir los tan promocionados -desde hace meses-  410 mW que se añadirían al sistema eléctrico ecuatoriano. Sin embargo, el anuncio de aumentar la capacidad de generación en ese plazo de tiempo ha suscitado escepticismo entre los expertos en ingeniería eléctrica consultados por Diario Expreso.

Críticas y proyecciones

Iván Endara, máster en Electricidad y en Derecho Energético, pone en duda la viabilidad de estas metas que tiene el Ejecutivo, que en meses anteriores ha comunicado como ya cumplidas. “Me sorprendería que estuvieran listos para diciembre (…) una cosa es que estén en papeles. Que van a estar firmados, eso te creo; que van a estar implementados y generando, es imposible", aclara.

Endara, quien es docente universitario de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol) y la Universidad de Guayaquil, critica la percepción de que la barcaza en funcionamiento haya mejorado la situación. “Cuando la barcaza comenzó a operar, los cortes de luz eran de 6 a 8 horas, y ahora han aumentado a 14. Estas inversiones no son, ni de cerca, la solución final”, apunta.

Además, advierte que las condiciones actuales sugieren que los cortes de luz, lejos de disminuir, podrían intensificarse, con un pronóstico que apunta a racionamientos que podrían extenderse hasta 2026.

Fernando Salinas, ingeniero eléctrico, respalda este análisis al afirmar que “los racionamientos llegaron para quedarse al menos dos años más”. Su razonamiento se basa en que la creciente demanda energética, que aumenta un 8% anual, exige incorporar 400 mW cada año al Sistema Nacional Interconectado (SNI).

Para lograr aquello, se necesitaría inaugurar cada año una central hidroeléctrica similar a Sopladora. Una escenario que requiere de una inversión significativa -en medio de una crisis económica- y un tiempo de ejecución prolongado.

Salinas explica también que la contratación de generación térmica podría ayudar a mitigar el estiaje en 2025; no obstante, tiene serias dudas sobre el cumplimiento de estas metas, mencionando que probablemente esos recursos no estén disponibles sino hasta 2027. Por ello, anticipa que los racionamientos continuarán en 2025 y en 2026, aunque con una duración menor a las actuales 14 horas.

"(Al Gobierno) le juega en contra que pueda decir con crudeza la realidad tan dura que vive el sector energético; hay un discurso muy optimista por el cálculo político al ser un año electoral, que no coadyuva para decirle la verdad a la población", concluye el experto.

Factores climáticos y acuerdos regionales

El clima podría ser un aliado en este escenario. Tradicionalmente, las lluvias en diciembre ayudan a llenar los embalses del complejo hidroeléctrico Paute Integral, que genera la mayor parte de la energía del país. Sin embargo, Endara cuestiona que no se debe contar únicamente con condiciones climáticas favorables, ya que las proyecciones actuales indican un periodo de estiaje prolongado hasta marzo.

Además, el Gobierno Nacional no ha podido concretar, hasta ahora, un acuerdo con Colombia para la compra temporal de entre 200 y 300 mW de energía, lo que podría ofrecer un alivio momentáneo a la crisis.

¿Un futuro incierto?

Mientras las medidas del Ejecutivo se implementan, los efectos de los apagones son palpables. Más de 3.600 despidos se registraron en el primer mes de racionamientos, reflejando el impacto económico de la crisis. Con un sistema energético que requiere una expansión considerable para satisfacer la creciente demanda, la perspectiva se torna complicada.

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