Amenazas a la economia china

Tras décadas de “milagro de crecimiento”, la economía china preocupa cada vez más. Algunas cuestiones como el alto endeudamiento corporativo y el exceso de capacidad en el sector estatal, reciben mucha atención. Pero hay tres tendencias de las que no se habla tanto y que son amenazas al desarrollo económico del país. En primer lugar, a pesar de la caída del crecimiento del PIB, aumentó la financiación social (y especialmente el crédito). Esto se relaciona directamente con el problema de las deudas: la refinanciación continua de grandes pasivos crea una demanda constante de liquidez, aunque la inversión real no aumente. Esta “expansión crediticia” (que en realidad no es más que deuda refinanciada) es insostenible. Se necesita una solución y el Gobierno chino estuvo trabajando en ella mediante la implementación de políticas para la reestructuración de deudas. Segundo, la veloz caída de la inversión en bienes de capital fijos, del 20 % anterior a cerca de 8 % en la actualidad. Esta caída fue particularmente pronunciada en el sector privado y dado que la inversión privada equivale al menos al 60 % de la inversión total en manufacturas, esto tendrá indudables consecuencias macroeconómicas. Y si bien el crecimiento de la inversión estatal (del orden de los dos dígitos) moderará la caída general, esto también refleja un problema de predominio del Estado. Las empresas privadas tienen dificultades para obtener crédito de bancos comerciales estatales y están en desventaja en el mercado de financiación directa. Además, tienen vedado el ingreso a las industrias de servicios de avanzada, con alto uso de capital y dominadas por las empresas estatales. En la mayoría de los sectores de servicios modernos, la proporción de actores no estatales sigue siendo pequeña, lo que limita la inversión privada. Tercero, la relativa invariancia del desempleo. Esto puede parecer bueno, dado que la tasa de desempleo no es demasiado alta, pero es reflejo de ciertas tendencias negativas, entre las que se destaca un flojo crecimiento de la productividad a largo plazo. Debido a la necesidad que tiene China de pasar a un modelo menos centrado en el sector fabril, esto no es del todo malo. Pero la mayor parte de los empleos que se crean en el sector servicios son de baja categoría y poca productividad y suelen ser empleos informales caracterizados por alta rotación, que impide la acumulación de capital humano. La estabilidad del nivel de empleo en China es reflejo (una vez más) de deficiencias del sector estatal. A pesar de la desaceleración general del crecimiento, el Estado se desprendió de pocos trabajadores; dicho de otro modo, carga con un nivel considerable de desempleo oculto, que se suma a los otros tipos de exceso de capacidad que lo aquejan. Si China reestructura el sector estatal, el desempleo aumentará, lo cual parece inevitable pues ayudaría a resolver varios de los desafíos más básicos a los que se enfrenta China, que van del endeudamiento y el exceso de capacidad a la falta de competitividad. Para reestructurar su economía, modernizar su industria y expandir los servicios de alta productividad, China debe limitar la actuación de las empresas estatales a unos pocos sectores pertinentes. Solo así podrá recuperar el dinamismo y sostener el desarrollo económico.

Project Syndicate