Peligro. Campesinos se arriesgan a pasar la vía para llegar a sus fincas.

Agricultores ponen sus vidas al borde del abismo

Un bastón de palo y su fe son su apoyo. Margarita Rivera dice que cada invierno deben enfrentarse a los embates de la naturaleza y que este año las lluvias les ha golpeado más fuerte.

Un bastón de palo y su fe son su apoyo. Margarita Rivera dice que cada invierno deben enfrentarse a los embates de la naturaleza y que este año las lluvias les ha golpeado más fuerte. Toma su báculo y camina detrás de José, su marido, con la determinación de pasar el montículo de lodo y tierra que cubre el paso en el sector de San Pablo hasta Vizcaya, sector donde Margarita tiene sus terrenos y animales.

“¡No puede pasar, está peligroso!”, le alerta Giovanni Espín, técnico del Municipio de Baños, que está vigilante en el sector. Menciona que hay maquinarias que operan desde que se presentó la emergencia, pero que el trabajo debe paralizarse por las continuas lluvias.

Desde el último jueves la vía está cerrada para los vehículos. “Está peligroso porque la tierra cede y no para de llover. Para llegar hasta Vizcaya hay la ruta por Patate pero el recorrido tarda dos horas y media , dice Andrés Chuli, uno de los conductores de la cooperativa Ecológico Baños”.

Entre Baños y San Pablo hay 20 minutos de recorrido en vehículo. Desde este último punto a Vizcaya los comuneros que logran pasar caminando se tardan una hora para llegar a sus terrenos.

En el año se han presentado 55 deslizamientos de tierra en la provincia de Tungurahua. Solo en lo que va de junio han reportado 32 y los sectores más afectados son Baños y Patate.

En Puñapí (Patate) se calcula que hay cuatro hectáreas de cultivos afectados y cuatro viviendas en riesgo. Mientras que en Vizcaya (Baños) aún se cuantifican las pérdidas.

Jorge Díaz, habitante de Vizcaya, manifiesta que pierden sus cultivos porque ya no pueden ni sacar a pie. Cuenta que una carrera en camioneta, por la cual normalmente cobraban dos dólares, ahora cuesta 20 porque deben pasar por Patate.

Walter Rivera, otro agricultor, también tiene el mismo pesar. Asegura que hay más de mil personas afectadas. YIE