“Murió haciendo lo que le gustaba”. Esos fueron los comentarios de varios de los amigos de Marco Azas Azas, de 22 años, quien falleció después de dos días de agonía en el Hospital Docente Ambato, en la provincia de Tungurahua.

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El domingo 3 de septiembre de 2023 acudió hasta el barrio Santa Rosa, en el cantón Cevallos, donde se realizaba un corrida de toros populares y se lanzó al ruedo. Uno de los toros lo corneó en el abdomen y fue trasladado a urgencias en la noche, pero la madrugada del martes 5 falleció.

“Solo me avisaron que a mi hijo un toro lo cogió y que estaba destripado. Igual pensamos que no era grave. Pero se nos murió”, mencionó María Azas, madre del joven.

Era oriundo de Llangahua, comunidad que limita con la provincia de Bolívar.

Según la mamá su hijo era un apasionado de los toros de pueblo y a donde se enteraba que había rodeo, allá iba. En Cevallos fue el último. El cadáver fue llevado hasta su comunidad natal para el último adiós.

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En un mes, entre agosto y septiembre de 2023, se han reportado tres personas fallecidas en corridas taurinas. Uno ocurrió en Píllaro, otro en Mocha y el último en Cevallos.

William Calle, jefe de la Subzona de Policía de Tungurahua, mencionó que el principal problema es que las personas se lanzan a torear en estado etílico. El intendente Álex Manzano hizo el llamado para que los organizadores tengan mayor control acerca de estos eventos y así evitar más muertes.

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