En un escenario de inundaciones en el sector rural de la Costa por intensas lluvias, la fauna silvestre es arrastrada hacia las casas. ¿Existe suficiente suero antiofídico en stock? De igual manera, las aguas servidas se pueden mezclar con la de consumo. ¿Se sabe ya cómo y dónde se preservará el líquido para garantizar su provisión? Y habrá zonas que por su ubicación geográfica sufrirán más que otras. ¿Se ha determinado cuáles son? Y de ser así, ¿se ha capacitado a sus habitantes para que sepan qué deben hacer?

Representantes de entidades y organizaciones de la sociedad civil relacionadas con el área de salud consideran que no se están adoptando planes y acciones de real prevención ante la anunciada presencia del fenómeno climático de El Niño, pues se percibe más un enfoque reactivo. Es decir, de esperar a las lluvias para actuar ante sus estragos.

También estiman que si bien hay anuncios de las autoridades gubernamentales y seccionales de que están elaborando planes de contingencia, estos aún no son conocidos ni total ni parcialmente por la población, que es la que debe estar preparada.

El decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica de Guayaquil, José Luis Jouvín, coincide con ello y dice que el Ministerio de Salud Pública (MSP) y la división sanitaria del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) “deben tomar las medidas pertinentes, porque significa que al tener más enfermos, vamos a necesitar más personal de salud, más insumos, más suministros y más medicinas, sobre todo en aquellos sectores más susceptibles a sufrir inundaciones”.

Francisco Andino, exministro del ramo y catedrático universitario, advierte que los efectos en la salud no solo serán inmediatos, como el incremento de casos de dengue, leptospirosis, enfermedades diarreicas o dermatológicas; sino también a largo plazo. “En el tiempo, cuando tú ya no tienes acceso a la alimentación, al trabajo, a vialidad, eso va a generar enfermedad, porque pobreza es igual a enfermedad”, afirma.

Sobre cuáles son esos insumos y medicinas que se van a necesitar y en qué cantidad, la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos del Ecuador (ALFE) tiene un estudio. Así lo dice su representante de asuntos públicos, Iván Prieto, quien defiende que cuando se han producido desastres naturales en el país, el gremio siempre se ha hecho presente con donaciones.

Pero a diferencia de lo ocurrido en esos casos anteriores, cuando han tenido que recurrir a lo que tenían en bodega en ese momento, ahora analizan qué insumos y fármacos deben producir con antelación para donarlos de manera anticipada.

“La idea es que ahora esa donación vaya planificada a donde se necesita. No esperar a que se interrumpan las vías, que haya una catástrofe en términos de comunicación, colapso de la logística, para solicitar y trasladar; sino planificar eso e ir inclusive llevándolo a territorio con la debida planificación”, plantea.

Entre julio y agosto, las autoridades gubernamentales organizaron mesas técnicas para elaborar planes de prevención. El Ministerio de Salud tiene ahora una página en su portal con un listado de las líneas de su plan de contingencia y las acciones que está realizando.

En declaraciones a medios, el ministro José Ruales ha indicado que, por ahora, trabajan en la capacitación de todo el personal médico y la protección de la infraestructura, pues más de 600 establecimientos de salud están situados en zonas de riesgo.

Andino, Jouvín y Prieto fueron consultados el jueves 7 de septiembre por este Diario en el auditorio de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica de Guayaquil, donde participaron en un congreso denominado ‘Fenómeno de El Niño y su impacto’.

Allí, especialistas en diversas áreas analizaron los probables efectos que tendrá el evento climático y también aportaron datos de estudios académicos y propuestas de prevención para las autoridades y la población.

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