Es frecuente escuchar a los ciudadanos que están cansados de recibir llamadas telefónicas de personas desconocidas ofreciendo tarjetas, membresías e invitaciones a cenar para lograr sus objetivos en la venta.

Yo vivo también esta situación y uno les responde inicialmente de manera enfática que no desea estos aparentes beneficios hasta antes que se explayen o dilaten su palabrería. Luego de unos días nuevamente recibo la misma llamada pero de otra persona. Son tan insistentes que uno los bloquea y llaman desde otro número.

Eso aparentemente podría llamarse acoso de vendedores. Los ciudadanos que estamos en una lista de clientes que viajamos o clientes que pagamos a tiempo, nos sentimos vulnerables, expuestos a esta situación y es más, esto es realmente peligroso el otorgar los números de celulares a personas que podrían ser estafadoras y hasta delincuentes.

La pregunta es cómo hacer para que nuestros nombres sean borrados de esa lista. ¿Cómo evitar que esta información sea manejada por ellos? ¿Quién controla a estas personas? ¿Quién se las da o de dónde la obtienen? ¿Alguien nos puede ayudar? ¿O tendremos que cerrar el teléfono enojados o cambiar de numero de celular?

Dra. Shirley Jiménez de Farfán