Más de la cuenta. El artículo 84 de la Ley Orgánica del Servicio Exterior indica que los nombramientos políticos de la primera y segunda categoría en la diplomacia ecuatoriana no debe exceder del 20 % del total de funcionarios y que estos serán solo en “casos excepcionales”.

Ecuador tiene 49 representaciones en el extranjero. Desde mayo de 2021, se han nombrado 32 designaciones, de las cuales 17 corresponden como cuota política y cuatro de ellos aún esperan el beneplácito en las naciones asignadas. Los otros 15, son diplomáticos de carrera, informó el ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana.

Los 17 restantes de la diplomacia ecuatoriana, se conoce desde cancillería que se tratan de 15 diplomáticos de carrera que fueron nombrados en el anterior Gobierno, quienes culminarán su tiempo establecido de misión.

Esto significa que el 34.6 % de embajadores son cuota política    (revisar el gráfico).

En junio pasado, el excanciller ecuatoriano Mauricio Montalvo señaló en un conversatorio con representantes de medios de comunicación que el Ejecutivo “no hará uso total del 20 % de cuotas políticas en las representaciones” y que inclusive la cuota política sería mucho menor a lo que estipula la ley. No obstante, en el caso de que los cuatro candidatos de cuota política que esperan el beneplácito, lo reciban  y que los 13 funcionarios restantes sean diplomáticos de carrera, no se cumple con el mandato legal.

El internacionalista Carlos Estarellas recuerda que el artículo 84 de la ley de servicio exterior enfatiza que la persona designada como cuota política debe ser escogida por sus “servicios relevantes a Estado” y por tal motivo su selección debe ser elegida cuidadosamente.

“Eso se hace cuando cierto tipo de característica ayuda, por ejemplo Chile: nombró a Pablo Neruda, porque además de ser un personaje, era premio Nobel de literatura. O también a Gabriela Mistral que la nombró cónsul. Entonces, debe ser quien se haya destacado por sus méritos en la sociedad, de gran conocimiento y obviamente que domine las relaciones exteriores” apuntó.

Estarellas señala que si el primer mandatario ha realizado esta designación con mucho cuidado, no le ve inconveniente, sin embargo, detalla que aún hay que esperar los resultados de esas gestiones.

“El problema es cuando se escoge a los amigos, a los partidarios, e incondicionales como ha sucedido en varios gobiernos, entonces el resultado es negativo para Ecuador”.

Estarellas resalta que asimismo los embajadores de carrera no pueden ser designados de forma aleatoria, “solo porque haya ascendido en su carrera diplomática” sino bajo un criterio donde se vea que tenga el “respectivo talento para las relaciones exteriores” y así desempeñarse con excelencia.

Entre el 2017 y 2021 nueve embajadas y ocho consulados fueron cerrados y aún así hubo una cuota política del 55 % en la diplomacia ecuatoriana.