10 Señales de baja inteligencia emocional

10 Senales de baja inteligencia emocional

Revise cómo administra las emociones básicas: tristeza, felicidad, miedo, ira y compasión

Saber administrar las emociones es tan importante como hacer que rinda la quincena.

Para contratar personal, las empresas tomaban muy en cuenta el coeficiente intelectual y la preparación académica. Hoy, a más de esto, buscan a empleados con competencia emocional para lograr resultados, dicen los especialistas.

Los altos ejecutivos también solucionan los conflictos con inteligencia emocional. Esta es la capacidad de poder entender las emociones y gestionarlas en forma positiva, para cumplir con los objetivos personales y laborales.

El estadounidense Travis Bradberry, coautor del libro ‘Inteligencia emocional 2.0’, indica que el 90 % de los mejores profesionales tiene un alto índice de inteligencia emocional.

La empresa TalentSmart (de Bradberry), la coach ontológica y Trainer, María Conchita Figueroa, y el coach científico y máster en Recursos Humanos, Carlos Rossi, explican cómo usted puede identificar si tiene baja inteligencia emocional:

Vive en conflicto.

1. Tener conflictos recurrentes con colegas, amigos, familia, pareja, etc., es una señal. Cuando hay desacuerdos y discusiones continuas es probable que no se esté comunicando adecuadamente porque algo está pasando con usted.

No domina sus emociones bajo presión.

2. Cuando se ‘come’ sus sentimientos estos se acumulan hasta generar sensaciones como tensión, estrés y ansiedad. Las emociones ignoradas dañan el cuerpo y la mente. No puede dominar sus emociones bajo presión y se autoexige al máximo: no tolera equivocarse.

Tiene continuos problemas de salud.

3. Cuando tenemos recurrentes problemas de salud como gastritis, úlcera, etc., hay que descubrir el origen. Las emociones negativas generan enfermedades. Por ejemplo, la ira y la frustración causan malestares digestivos. Y si no expresa lo que quiere decir puede tener problemas de garganta. Cada organismo es diferente y reacciona de manera distinta.

No logra buenos resultados.

4. ¿Qué tan buena o mala es su efectividad?... Si no está siendo efectivo en su trabajo y su vida personal y familiar, probablemente hay algo que está pasando en su interior; no está canalizando adecuadamente sus emociones.

Tiene un vocabulario emocional limitado.

5. Todos expresamos emociones, pero solo el 36 % puede identificarlas con claridad mientras ocurren, señala el estudio de TalentSmart. Las emociones poco entendidas causan malos entendidos.

Quienes tienen buena inteligencia emocional dominan sus emociones porque saben identificarlas. Mientras uno define su estado de ánimo como “malo”, los emocionalmente inteligentes dicen “frustrado”, “ansioso”, “irritable”, etc. Cuanto más específica sea la palabra mejor conocimiento tendrá de lo que siente, qué lo causa y qué puede hacer al respecto.

Es conservador y poco tolerante.

6. Una persona muy realista y conservadora tiene miedo al cambio. Si está gerenciando una empresa en la que todo marcha bien, no admite la innovación sugerida por algún miembro nuevo del equipo. Tampoco acepta nuevas ideas de parte de su familia. En el trabajo menosprecia a sus colaboradores, es poco tolerante, presiona a sus empleados en lugar de motivarlos e impone un alto índice de rotación en un departamento.

Falla la calidad de la comunicación.

7. Hay un dicho que se atribuye a una cita bíblica: ‘la boca habla de lo que hay en el corazón’. Las emociones que vive determinan la forma en la que se va a comunicar con los demás y también cómo va a interpretar todo lo que le ocurra. Si está en un estado de profunda tristeza, probablemente hablará de temas negativos.

Tiene actitudes negativas.

8. Si tiene actitudes muy negativas es que no está gestionando bien sus emociones. No es que para todo haya que tener actitud positiva, también hay que ser un poco realista, pero si todo el tiempo está instalado en una actitud negativa, todo lo que piense y diga lo va a llevar a actuar de la misma manera.

El pesimismo es una actitud negativa.

Está a la defensiva.

9. Si todo lo que le dicen lo ofende, siente que siempre alguien tiene algo malo que decirle, se cuida de todos y está listo para responder es una señal de alerta.

Esto va de la mano con la escucha activa: nos acostumbramos a hablar para responder, pero no nos entrenamos en aprender a escuchar. La otra persona no termina de hablar y ya tenemos la respuesta en la boca. Hay que aprender a escuchar.

Está desmotivado.

10. Cuando no encuentra ese sentido de propósito que lo motiva, que lo inspira, se activa otra alarma. Si no está bien en casa no puede decir que es 100 % exitoso en el trabajo porque en algún momento arrastrará a la oficina los conflictos personales.