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Rafael Oyarte | ¿Qué hará Israel?

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Mientras tanto, la ONU parece cada vez más dedicada a hacer cualquier cosa, menos mantener la paz

La eficacia del Derecho Internacional queda cada vez más en entredicho frente a su casi nula capacidad de reacción no solo respecto de conflictos como el de Ucrania o los genocidios y masacres como Ruanda y ex-Yugoslavia, lo que es un problema mayúsculo para las naciones más débiles, que no pueden hacer respetar sus derechos por la fuerza, quedando a merced de lo que (no) haga la comunidad internacional.

Irán acusa a Israel de haber atacado su embajada en Siria, matando a varios altos personeros de su Guardia Revolucionaria, y prometió dura respuesta. Como ambas naciones no comparten frontera terrestre, el ataque directo, es decir, desde su territorio y con sus fuerzas armadas, debía ser aéreo y no a través de los grupos terroristas que financia recurrentemente. Pero más allá de unos misiles, Irán no se atrevió a emplear todo su poder y se limitó usar centenares de drones que demoraron horas en llegar y que fueron totalmente interceptados (los que no, cayeron en sectores inhabitados). Irán habló de que su acción se enmarcaba en su derecho inmanente a la legítima defensa, cosa imposible porque la respuesta se da casi una semana después y no tuvo por fin anular las posibilidades de Israel de atacarlo, por lo que su actuación está muy lejos de los parámetros del art. 51 de la Carta de la ONU. Este acto, más que represalia iraní, tiene carácter simbólico frente a su pueblo, pero de intensidad tan baja que busca evitar una fuerte réplica israelí, pues si el ataque hubiese sido más fuerte y con su gran potencial aéreo, la respuesta hubiese sido, frontalmente, la guerra. Por eso además de los clásicos aliados de Israel, incluso Jordania interviene interceptando esos drones, pues no le interesa en lo absoluto quedar en medio de un conflicto, en 1967, en que perdió Cisjordania, o en la situación de la Guerra de 1973.

Por su clásica política de no tolerar agresiones de ninguna clase, no es esperable que Israel no conteste el ataque, pero no se sabe de qué clase será. Lo único claro es que el mundo puede ser testigo de una escalada cuyas consecuencias son impredecibles. Mientras tanto, la ONU parece cada vez más dedicada a hacer cualquier cosa, menos mantener la paz y seguridad internacionales.

*Premio Luis García Arias del Instituto Hispano-Luso-Americano de Derecho Internacional por su obra La Legítima Defensa en el Derecho Internacional.