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Roberto López: Narco-comunismo

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Ahora es cuando hay que darles “como a rata en balde” Después será tarde

Tal como describe Arturo Torres en su premiada obra, El juego del camaleón, la alianza entre la política y el narcotráfico viene de muy atrás. Cuando las FARC se ven forzadas a desplazarse hacia el Putumayo gracias al Plan Colombia, su destino natural es Ecuador. Y para poder permanecer aquí necesitan el contacto con un nuevo jugador: nuestros corruptos políticos.

Esto convierte a su líder Raúl Reyes en el ‘embajador’ de las FARC en Ecuador. Según Torres, llega al país ataviado con chaqueta azul, pantalón de casimir plomo, afeitado y el cabello teñido de castaño. Parece un inversionista al presentarse en el “Congreso” (vaya eufemismo) organizado en Ecuador el 2001. La salida de la base de Manta, que servía para el control del narcotráfico y para detectar en la selva a los grupos armados irregulares, es uno de sus objetivos principales. Y para eso el triunfo de Rafael Correa resultaba indispensable.

Según la nota escrita de puño y letra por Reyes en su cuaderno encontrado en Angostura, este analiza escenarios y dice: “El fraude está en proceso. La máscara de la democracia ya es desechable”.

Es que así entiende la democracia el narco-comunismo: sirve la que les resulta a ellos. El fraude y la corrupción son sus armas. En el Parlamento Europeo lo tienen claro: “La corrupción en las instituciones es el principal aliado del crimen organizado que necesita de la impunidad para consolidarse, metodología utilizada por el Foro de Sao Paulo…e implementada en Ecuador por Rafael Correa”.

Pero si esa es la democracia que sirvió para destruir el país, ahora hay que impedirles utilizarla en su favor, prohibiéndoles intervenir en elecciones. Como hizo Alemania con el nazismo, el narco-comunismo debe ser impedido de participar. Y eso es fácil: ningún partido que tenga condenados por corrupción puede hacerlo.

Para eso, al igual que para permitir la reelección de la Fiscal, se requiere una nueva Constitución. Lo que hicimos o dejamos de hacer en el pasado determina lo que somos en el presente, según Arturo Torres.

Ahora es cuando hay que darles “como a rata en balde” Después será tarde.