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Claudia Tobar: ¿Prevención o ataque?, esa es la pregunta

Avatar del Claudia Tobar Cordovez

A nivel personal o grupal estamos atraídos por soluciones inmediatas que nos alejan de proteger a largo plazo al enfrentamiento del problema

La prevención es fundamental para la supervivencia de nuestra especie. Nuestra capacidad humana para planificar nos ha permitido pasar de vivir de manera reactiva a nuestras necesidades, a ser capaces de anticipar y prevenir futuros desafíos. Pese a la lógica inherente a este concepto, en muchas ocasiones nuestras acciones a nivel personal, organizacional y gubernamental muestran lo contrario.

No somos tan buenos para prevenir, vivimos en una era de acción inmediata donde nos cuesta prolongar los beneficios y priorizamos las acciones impulsivas. Vamos a presentar algunos ejemplos. En el tema de prevención de enfermedades, hay amplia literatura que nos alerta de la relación entre alimentación y enfermedades como el cáncer, por ejemplo. Al momento de elegir consumir más sano nos enfrentamos al hecho de que las ensaladas suelen ser más costosas que las hamburguesas, y lo orgánico está fuera de nuestro alcance económico; además, no estamos dispuestos a pagar más por esta prevención. Entonces, ¿pagar un tratamiento de cáncer no es más caro? Podemos revisar otros ejemplos. En 2022 se registraron más de 53.000 embarazos infantiles en Ecuador. Esta tragedia nacional podría haberse evitado, así como los miles de casos de abuso sexual, con educación sexual oportuna. De acuerdo con la ONU, uno de los principales impulsores del incremento de los casos de abuso sexual infantil en Latinoamérica es el declive que experimenta la región en cuanto a educación sexual. Esta herramienta permite solo prevenir y proteger a la infancia. Por alguna razón es más fácil crear programas de atención a madres jóvenes, niñas y adolescentes que prevenir de raíz la problemática.

A nivel personal o grupal estamos atraídos por soluciones inmediatas que nos alejan de proteger a largo plazo al enfrentamiento del problema. Esto responde a un sesgo cognitivo llamado descuento hiperbólico, que es nuestra inclinación a elegir recompensas inmediatas sobre esas que llegan más tarde en el futuro, incluso cuando las recompensas inmediatas son más pequeñas. La única forma de modificar este pensamiento es tomando conciencia de que la prevención siempre será mejor que el ataque.