
Vicealcaldesa de Quito responde a críticas por contrato con RECOBAQ
La vicealcaldesa Racines defendió el cierre del contrato RECOBAQ ante críticas de concejales. Más detalles en la nota
La sesión ordinaria del Concejo Metropolitano de Quito, desarrollada el martes 3 de junio de 2025, estuvo marcada por una acalorada discusión en torno a la terminación del contrato entre la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo) y el consorcio RECOBAQ, vigente desde 2018. El debate derivó en tensiones, acusaciones de ocultamiento de información, gritos e interrupciones, lo que provocó llamados al respeto de la institucionalidad por parte de la vicealcaldesa, María Fernanda Racines.
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Vicealcaldesa justifica cierre de contrato
Racines utilizó su cuenta de X este miércoles 4 de junio para referirse al incidente. “Ayer en el Concejo tratamos un punto crucial: la terminación del contrato con RECOBAQ, heredado desde 2018. Un contrato costoso e ineficiente. Con su finalización y una nueva contratación, Quito se ahorrará $6 millones”, publicó. Sin embargo, la discusión en el pleno se desvió del análisis técnico-financiero del contrato cuando el concejal Wilson Merino, excolega de bancada de Racines y actual opositor del alcalde Pabel Muñoz, intervino en tono enérgico para denunciar presuntas inconsistencias en la información entregada por Emaseo.
Merino, quien llegó al Concejo a través de la alianza entre Imparables y la Revolución Ciudadana, señaló que el 3 de abril solicitó a Emaseo el detalle de los procesos de contratación pública ejecutados o por ejecutar, incluyendo los que involucren a oficinas de las Naciones Unidas, como la UNOPS (Oficina de Servicios para Proyectos). Según el concejal, la respuesta recibida el 16 de abril por parte del gerente de Emaseo, Jorge Eduardo Jaramillo, indicaba que no existían tales procesos.
Durante la sesión, Merino alzó la voz mientras sostenía la carta con la respuesta oficial. “Aquí está, vicealcaldesa, aquí está, compañeros concejales, dice el gerente de Emaseo en este espacio que no tiene nada que esconder y le oculta información a los concejales y a los quiteños”, exclamó. Su intervención encendió los ánimos en el pleno y generó molestias entre varios ediles.
Un momento de tensión entre concejales
La situación escaló cuando Merino acusó a Emaseo de incurrir en una gestión delegada a través de organismos internacionales sin cumplir con los procedimientos establecidos por la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Contratación Pública. “La ley contempla 22 procedimientos. Pero aquí se eluden y se delega la gestión a través del PNUD o la UNOPS. Eso está prohibido por nuestro marco jurídico, salvo excepciones muy específicas como en el ámbito de la salud”, explicó, recordando que el gobierno anterior utilizó esa vía para la adquisición de ambulancias.
Ayer en el Concejo tratamos un punto crucial: la terminación del contrato con RECOBAQ, heredado desde 2018. Un contrato costoso e ineficiente.
— Fernanda Racinesuio (@FRacinesuio) June 4, 2025
✅ Con su finalización y una nueva contratación, Quito se ahorrará $6 millones.
Durante el debate, un concejal usó lenguaje inapropiado,… https://t.co/7suheXEGtJ pic.twitter.com/0asTx36nTp
En respuesta, María Fernanda Racines lamentó el tono de la discusión y defendió la institucionalidad del Concejo. En su pronunciamiento, denunció que durante el debate uno de los concejales —sin nombrar directamente a Merino— utilizó un lenguaje inapropiado, se desvió del tema principal y desobedeció reiteradamente el procedimiento parlamentario. Conforme al artículo 67.28 del Código Municipal, Racines indicó que se procedió a ceder la palabra al siguiente interviniente.
“Gritar, interrumpir y desinformar no es fiscalizar”, escribió Racines en su publicación. También expresó su solidaridad con la secretaria del Concejo y con la concejala Diana Cruz, quienes —según dijo— fueron irrespetadas en su legítimo derecho al uso de la palabra.