La presencia de comerciantes informales apostados en la mitad de las aceras u obstaculizando la circulación de los carros en las calles es la infracción constante que se vive en barrios del norte, centro y sur de Quito.

Para agravar esta situación, sale a la luz una denuncia ciudadana que revela la presencia de mafias que aprovechan la necesidad de los comerciantes que no cuentan con permisos municipales, para ‘venderles’ unos centímetros de calle o vereda, en diferentes sectores comerciales de la urbe.

Lo que pasa en la calle Juan Barreto y José Alemán, sector La J, es un claro ejemplo. Desde las 16:00 hasta casi la medianoche, un grupo de personas invaden la vía con sillas, mesas y carpas para colocar a la venta productos como zapatos, ropa, comida y otros.

Quienes viven en el sector 4 de Solanda aseguran que esto solo ha acentuado la inseguridad, desde hace cuatro años que llegaron estas personas para adueñarse del espacio público.

Una vecina, quien prefirió no revelar su nombre por seguridad y por temor a ser amenazada por la supuesta dirigente de este colectivo, reveló que cada dueño de estos puestos paga entre 15 y 18 dólares mensuales, según la actividad comercial que ejerza. En meses que hay festividades como Día de la Madre, del Padre, Carnaval, Navidad, Fin de Año u otros, el monto asciende a 50 dólares.

“Lo que nos han dicho es que una parte de lo que nos cobran es para pasarle a una persona que trabaja en la Agencia Metropolitana de Control (AMC) del Municipio, que es palanca de la dirigente de la asociación. Con esta plata que se le da se evita que vengan los metropolitanos a hacernos controles y molestar”, afirma.

Asimismo, Joel Alvarado, quien vende mango con sal en una de las esquinas de este popular sitio, cuenta que les han dicho que el Municipio construirá un complejo de locales comerciales, casi al término de la calle Juan Barreto, para ubicar a estos vendedores de calle anteriormente mencionados.

EXPRESO contactó a la Administración Zonal Eloy Alfaro, a través del área de Comunicación, para conocer sobre esta iniciativa, pero por segunda ocasión no respondió los pedidos de este medio.

Sobre la posibilidad de que en el interior de la entidad de control municipal exista una persona que reciba coimas para evitar los controles, este Diario consultó a la AMC sobre el tema. Gabriela Narváez, asesora jurídica de esta cartera, dijo que no cuentan con denuncias formales y que es importante que la ciudadanía las haga para dar seguimiento y abrir una investigación.

“El comercio informal es un problema en todo el Distrito Metropolitano de Quito y con mayor énfasis se da en esta calle. Nosotros no hemos parado de hacer controles. Solo en Solanda, este año se han hecho 134 intervenciones a los vendedores informales que no cuentan con permisos. Sitios como La Mena, Chillogallo, Nueva Aurora también son conflictivos, además de otros puntos en el norte”, añade la funcionaria.

En los trabajos de calle efectuados también se ha identificado que existen negocios que son usados como fachada para actividades ilícitas como la venta de drogas, o para esconder armas blancas que utiliza la delincuencia común.

Según los registros de la AMC, en Quito existen cerca de 17.000 comerciantes. De estos, 12.000 son informales y solo 5.000 están regularizados.

Para evitar especulaciones, abusos y el mal uso del espacio público, Narváez hace un llamado a la ciudadanía para que denuncie, a través de las ventanillas de las nueve administraciones zonales, cualquier anomalía identificada como la que en este reportaje se menciona. Los canales oficiales digitales también son otra alternativa por la que se puede optar.