Aprovechando la jornada electoral de este domingo, las ventas ambulantes se tomaron las aceras de la calle Bobonaza y Avenida Napo, sur de la capital. Mientras cientos de personas sufragaban, comerciantes ofrecían, aguas, helados, pinchos, granizados, hornado.

Además de los puestos de comidas típicas afuera de los recintos, Soledad Armijos ubicó su máquina para emplasticar los certificados de votación en el exterior de la Unidad Educativa Oscar Efrén Reyes, sur de Quito.

Sobre la acera en los exteriores de la establecimiento educativo colocó una pequeña mesa y su plastificadora. Cada emplasticada costaba 0.15 centavos, en otros lugares ubicados en esta zona los precios varían entre 0.20 y 025 ctvs. La escena transcurría baja la mirada de los agentes de control y miembros de la Policía.

En los exteriores del Colegio Técnico Experimental Quito y colegio Montufar las ventas no tuvieron la misma afluencia de años anteriores. Los comerciantes mencionan que las elecciones son una oportunidad para vender sus productos. 

“Después de votar, era una tradición de las familias ir almorzar en los puestos de comida que se ubicaban afuera de los exteriores, ahora ya no permiten las ventas para evitar aglomeraciones”, señalo María Carchi, comerciante.

Alrededor de 5.000 funcionarios municipales, desde las 06:00 hasta las 18:00, se ubicaron en los alrededores de los recintos electorales para evitar aglomeraciones y ventas.

Tras la disposición del Consejo Nacional Electoral de prohibir ventas informales en exteriores de los recintos electorales, comerciantes están inconformes porque en estos eventos democráticos son los que tienen más ingresos.

Es así que alrededor de los recintos electorales ubicados al norte de Quito lucieron con pocas ventas informales.

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