Santi, el perro que fue retirado de la Presidencia de la República presenta varias complicaciones, según un informe médico. No tenía carnet de vacunas y tampoco desparasitación al día. Sí estaba esterilizado. Ninguna persona se presentó como responsable del perrito que el martes 28 de marzo de 2023 fue llevado por la Unidad de Bienestar Animal (UBA) del Municipio del Distrito.

Según un comunicado del organismo, se recibió una alerta por redes sociales, sobre un presunto caso de vulneración de derechos de un animal de compañía que solía vivir en los exteriores del edificio. Los veterinarios hicieron inspecciones para verificar sus condiciones de vida y el presunto comportamiento agresivo.

Una vez en los Centros de Atención Veterinaria, Rescate y Acogida Temporal fue sometido a una evaluación clínica y etológica exhaustiva. El informe médico concluye que presenta obesidad. Fue sometido a exámenes de laboratorio para descartar enfermedades endócrinas como hipotiroidismo y Cushing. A eso se suma un dolor del miembro posterior derecho, por la edad y la condición corporal. La presunción es un "proceso degenerativo en articulaciones de rodilla, cadera o columna".

Hay recomendaciones y apuntan a que reciba estímulos: auditivos, visuales y táctiles, así como ejercicios mentales para estimular su actividad cerebral y evitar disfunción cognitiva por su edad. Además, se apunta a sesiones de obediencia con refuerzo positivo y protocolo de desensibilización.

La edad de Santi es de aproximadamente 9 años que, según algunos habría sido acogido en las instalaciones del edificio hace 4 años, mientras que otros dicen que llevaba alrededor de seis meses. Él recibía los cuidados de los guardias de seguridad y de los funcionarios de la institución.

La UBA señala que, de acuerdo con el Código Municipal del Distrito Metropolitano de Quito, "los perros o gatos comunitarios, son aquellos que individualmente o en grupo, conviven bajo parámetros de bienestar animal con la comunidad de un sector o barrio que los atiende mediante una persona o grupo de personas debidamente organizadas".

Se hizo énfasis en que es obligación de quienes atienden a los animales comunitarios: mantenerlos con identificación visible, vacunarlos y desparasitarlos, debiendo mantener el carné de vacunas actualizado, esterilizarlos y atenderlos durante su recuperación, proporcionarles agua y comida en los sitios y horarios debidamente determinado, facilitarles una adecuada guarida permanente, proveerles de atención veterinaria oportuna, responsabilizarse de los daños o perjuicios, debidamente comprobados, que estos animales pudieran ocasionar a terceros.

Se ratificó que los animales comunitarios no deberán representar peligro para la salud pública, fauna nativa silvestre u otros animales, así como personas vecinas del lugar, por lo que es importante realizar la evaluación periódica sobre el comportamiento del animal en el lugar.