El alcalde Pabel Muñoz realizó una visita al Relleno Sanitario de El Inga para inspeccionar el avance en la construcción del Cubeto 11, una obra que marca el inicio del proceso de cierre del relleno y la creación del Nuevo Complejo Ambiental.

Muñoz destacó la transformación del lugar, pasando de ser un “basurero vergonzoso” a un relleno sanitario gestionado de manera responsable. Señaló que se están realizando contrataciones para acelerar el tratamiento de lixiviados y que Quito ya genera energía eléctrica y trata sus propios residuos líquidos.

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La visita se realizó a tres áreas: Visitó la piscina 15: Esta piscina, de 13 metros de profundidad y 50.000 metros cúbicos de capacidad, es esencial para el funcionamiento del Relleno Sanitario. Actualmente se encuentra lista para su puesta en marcha y se está trabajando en su recepción parcial.

Mirador 2: Ubicado en una de las zonas más elevadas del relleno, este mirador ofrece vistas de la Planta de Tratamiento de Lixiviados (PTL) y su tren de tratamiento, así como de las mejoras implementadas por la actual administración en las diferentes áreas.

Mirador 3: En este mirador se observó el Cubeto 11 y se recibieron explicaciones sobre las obras en curso, como la construcción de la cisterna y el hormigonado de la losa de piso. También se están construyendo los muros perimetrales.

El Relleno Sanitario de Quito inició sus operaciones en 2003 y ha brindado el servicio de disposición final de desechos sólidos urbanos durante casi dos décadas.

Ocupa un área aproximada de 65 hectáreas, distribuidas en zonas para cubetos y otras dependencias.

Actualmente, se disponen más de 2.000 toneladas de residuos sólidos por día y se genera diariamente más de 560 m3 de lixiviado aproximadamente por día, además, se cuenta con un pasivo de 185.000 m3 de lixiviados.

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