Ni la lluvia intermitente, ni el frío redujeron las ganas de los quiteños de pasar el último día del feriado de Año Nuevo al aire libre.

Pese a que el 31 de diciembre y el 1 de enero los quince parques metropolitanos del distrito permanecieron cerrados, ayer la atención se retomó con bríos, sumando a miles de personas que llegaron a hacer deporte, correr, andar en bicicleta o pasar el día en familia.

Uno de los parques más concurridos fue La Carolina, en el norte de la capital, donde la gran afluencia de gente no dejó manera de respetar el distanciamiento social.

Comediantes en las áreas verdes, partidos de fútbol y puestos de comida atestados de comensales fueron parte del paisaje, ante el cual la fuerza pública pudo hacer poco o nada para hacer respetar las normas, que incluía el cierre de las canchas y el uso obligatorio de las mascarillas.

Para los negocios, sin embargo, el gran número de visitantes fue un buen augurio del año que empieza, sobre todo frente a las numerosas pérdidas registradas en los últimos meses. Así lo indicó Doris Chacón, quien recibía a los comensales en el restaurante de comida típica Ñatu Chay.

“Los últimos dos días hemos estado llenos, y es un alivio tras semanas de tener muy poco público”, señaló.

Según datos del Cabildo, entre junio y noviembre la afluencia a los parques se redujo en un 48 %, pero la cifra empezó a mejorar en diciembre, con un promedio de 100.000 visitantes desde fines de noviembre hasta fines de diciembre.

La entidad indicó que esperan que en las próximas semanas las cifras aumenten, sobre todo los fines de semana, ante el miedo que generan los contagios en espacios cerrados.

Esta situación se visibilizó en los centros comerciales como El Condado Shopping y El Jardín, donde la afluencia fue menor que en las semanas previas al feriado de Navidad.

Otro espacio que atrajo a numerosos visitantes fue la Mitad del Mundo. Hasta ahí llegaron cientos de turistas para disfrutar de los museos, el monumento e incluso actividades inauguradas especialmente por la época festiva, como una pequeña pista de patinaje sobre hielo donde varias familias hacían fila.

Hasta el sitio también llegaron artesanos como Elena Oyacachi, de Calderón, quien exhibió sus muñecos de mazapán con amplia acogida.

“Desde el sábado ha venido mucha gente, y hemos podido recuperar algo de las ventas que perdimos en diciembre, porque la gente cobra y paga el precio justo”, reiteró.