“Sírvase un chocolatito”, llamaba amablemente una mujer a quienes pasaban cerca de la entrada principal de la iglesia de San Francisco, en el Centro Histórico de Quito. Otra ciudadana hacía lo propio mientras en una mano sostenía un jugoso pedazo de sandía. Varias personas, que no dudaron, se acercaban a recibir los alimentos.

“Siempre hacemos esto todos los sábados”, comentó una de ellas. Son voluntarias que forman parte de la Pastoral Social El Pan de San Antonio, del Convento Franciscano.

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“En las instalaciones del Colegio San Andrés (ubicado detrás del Convento) brindamos el desayuno, cortes de cabello, atención médica, servicio de ropa. Y cada 15 días damos víveres”, explicó Fray Edgar Abad, encargado de la Pastoral.

Se trata de una obra social que el grupo realiza cada sábado, desde las 06:30, desde hace más de 25 años. El horario se extiende dependiendo de la cantidad de personas que asisten. Este último sábado, 30 de marzo de 2024, poca gente acudió al Colegio, que se encuentra sobre la calle Imbabura, entre la Simón Bolívar y Mideros. Por lo que un grupo de voluntarios se ubicaron a un costado del ingreso a la catedral.

“Siempre hacemos en el Colegio, lo hacemos acá cuando tenemos bastante, para que no sobre venimos a repartir acá”, manifestó el religioso mientras recibía el agradecimiento de las personas. Varias de ellas se dirigían a presenciar el viacrucis.

Además de recibir la comida al paso, la gente que entraba a la iglesia ese sábado se llevó un recuerdo, un ramo de flores que adornaron las andas de las imágenes religiosas como la de Jesús del Gran Poder, tras la procesión del viernes 29 de marzo.

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