Pasadas las 21:00 del lunes 6 de noviembre las cámaras de videovigilancia del Sistema de Emergencias ECU-911 captaron a un hombre en actitud inusual en el puente de Gualo, al nororiente de Quito. Él había llegado en una moto. Descendió de ella y permaneció varios minutos con la mirada en el fondo del río y apoyado en las barandas del puente.

Luego subió al borde de metal y cruzó una de sus piernas mientras mira el vacío y se sostiene de un poste con intenciones de arrojarse al precipicio. Permaneció un momento, según se puede ver en las imágenes captadas por las cámaras consideradas por el ECU como dispositivos con características disuasivas que se usan básicamente para apoyar las tareas de seguridad y control en el espacio público y que además colaboran para evitar suicidios en puentes, edificaciones u otros lugares. 

Mientras el hombre se encuentra en el puente se puede ver en las imágenes que los vehículos circulan por el puente. El hombre pudo haberse convertido en el suicidio número 304 que se iba a registrar en el país en lo que va del año. Según el ECU en el país desde el 1 de enero al 6 de noviembre de 2023,  a través de la línea única 911 y el monitoreo de cámaras se han registrado 635 intentos autolíticos (ideas, acciones y/o pensamientos dirigidos a cometer suicidio) y se reportaron  303 suicidios. (Lea además: "En Quito, la cifra de suicidios supera la de algunos delitos")

El arribo oportuno de miembros de la Policía Nacional, cuya presencia fue coordinada de inmediato por el ECU-911 que monitoreaba la inusual situación, impidió que él concrete el suicidio.

Las emergencias de este tipo se catalogan en la categoría Clave Roja, nomenclatura que usa el ECU-911 en su mapa de incidentes e incluye toda situación en la que la vida de las personas, la afectación al medio ambiente o edificaciones están en un riesgo inminente y requieren una atención inmediata por parte de las unidades de auxilio o seguridad.

En el caso del puente de Gualo se observa la llegada de los policías quienes bajan del patrullero y se acercan a la persona. Uno de los uniformados toca la espalda del ciudadano y luego entre los asistentes ayudan a que se baje de la barandilla y conversan con él. Al lugar se incorpora otro patrullero y ponen a salvo a la persona.

El ECU-911 indicó que señaló que el "monitoreo de las cámaras y la rápida respuesta de los agentes en territorio son fundamentales para evitar que las personas atenten contra sus vidas". Añadió que cuando ocurren esos casos, el personal de primera respuesta aplica técnicas de verbalización que es un método de persuasión que usa personal calificado para calmar a las personas que pretenden quitarse la vida. 

Así también los uniformados usan procedimientos vinculados con la proxémica, que son relaciones de proximidad, de alejamiento y acercamiento entre las personas y los objetos durante la interacción, las posturas adoptadas y la existencia o ausencia de contacto físico) y la háptica que tiene que ver con el tacto y la comunicación no verbal debido a lo delicado de esos hechos.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) “cada año, cerca de 703.000 personas se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo. Todos los casos son una tragedia que afecta a familias, comunidades y países y tienen efectos duraderos para los allegados de la víctima. Puede ocurrir a cualquier edad, y en 2019 fue la cuarta causa de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años en todo el mundo”.

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