Un auto negro quedó virado sobre la cuneta de la avenida Simón Bolívar. A pocos metros yacía el contenedor del camión que también se volcó. Esta escena es muy frecuente en una de las vías con más siniestralidad en Quito.

El sábado pasado, ese choque dejó dos personas fallecidas. En 2023, solo entre el 1 de enero y el 30 de septiembre, en la avenida se registraron 253 siniestros de tránsito que causaron 24 muertes y 183 heridos.

En total, Quito cerró el año anterior con 3.816 siniestros viales, según el Visor de Siniestralidad de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT). Esto es un 12,43 % más que en 2022.

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Debido a la alta siniestralidad, en octubre se pidió declarar en emergencia a esta vía por la que circulan alrededor de 90.000 vehículos cada día.

El objetivo, según dijo el concejal Wilson Merino, permitiría contar con recursos adicionales, implementar restricciones al tráfico, mejorar el mantenimiento y tener un aumento del personal de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT).

Si bien no se declaró la emergencia, las autoridades implementaron un ‘plan de pacificación’, una estrategia que consiste en reducir el espacio de la vía con la finalidad de que los conductores bajen la velocidad.

El plan se aplicó desde noviembre de 2023, en el feriado de cuatro días por el Día de los Difuntos y la Independencia de Cuenca. De acuerdo con el Municipio, los resultados fueron positivos y no se reportaron fallecidos en los puntos críticos, entre ellos la av. Simón Bolívar.

Para Pamela Villacrés, coordinadora de control y vigilancia de la iniciativa Bloomberg Philanthropies en Quito, este plan es un buen inicio. Sin embargo, no es la única medida que se debe aplicar para reducir la siniestralidad en la vía.

Señala que cualquier vía de alta velocidad se convierte en peligrosa debido a que este es un factor de riesgo que incide directamente en los siniestros. En ese sentido, y una de las recomendaciones es que se reduzca la velocidad. El límite permitido actual es de 90 kilómetros por hora.

Jimena Romero, gerente sénior de seguridad vial para Latinoamérica de Vital Strategies, coincide con esto y recalca que a nivel global es una medida efectiva comprobada. “Se deben tomar acciones que quizás no sean populares. La principal creo que es la reducción de la velocidad. La velocidad hace que un choque se convierta en una muerte”, enfatiza.

También es importante tomar en cuenta el contexto de la avenida y su geometría compleja en varios tramos. Romero recuerda que la Simón Bolívar ya no es una vía perimetral. A lo largo de los 55 kilómetros existen barrios, negocios y centros educativos.

Otra medida efectiva para disminuir la siniestralidad es el cambio del comportamiento de la ciudadanía. La seguridad vial, dice Romero, es una responsabilidad compartida y se genera por medio de campañas masivas, que el conductor conozca las consecuencias de ir a exceso de velocidad o en estado de embriaguez, de no usar el cinturón. Estas campañas se deben mantener en el tiempo.

Para César Arias, experto en movilidad, es necesario un plan integral y no solo aplicar acciones aisladas. Además de determinar la velocidad máxima, es importante que la señalización se haga de manera técnica. “La actual es muy deficiente, incluso no se diferencia lo que es una señal regulatoria de una preventiva y de una señalización informativa”, afirma.

En 2023, un informe reveló las causas de siniestros en la Simón Bolívar, entre ellos la falta de señalización y mantenimiento vial, falta de elementos de seguridad y de protección vial, iluminación deficiente, entre otros.

A eso se suma que los conductores suelen circular a exceso de velocidad, especialmente al mediodía y en fines de semana, incluso sin respetar la distancia con otros vehículos. 

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