Quito se está acostumbrando a ver muertes en las esquinas, en los parques y otros espacios. Un estudiante asesinado en la madrugada cuando iba al colegio en Santa Anita, sur de Quito. Una mujer que salía de una entidad financiera fue otra víctima. Un hombre que salió a pasear a su perro en la noche fue víctima de la delincuencia.

Es la descripción de los problemas de inseguridad que agobian a algunos barrios, según Willans Basantes, presidente de la Federación de Barrios de Quito. Según él, hay aumento de asaltos, intentos de secuestro y violencia en contra de los niños.

Se lamenta porque la vialidad de la capital está deteriorada y que “no hay calle de Quito que no tenga huecos”. Cita que las dos cuadras de la calle Julio Jara, en el barrio San Gregorio en donde vive, están destruidas, igual que la Isabel Herrería que conecta a una docena de barrios. “Está destruida, no vemos el trabajo de la administración”, añade.

De la presunta falta de acción también hablan concejales como Luis Reina, de UNES. El edil dice que se observa “una continuidad e ineficiencia similar a las dos últimas alcaldías, no hay planificación y peor políticas de largo plazo”.

Eso afirma que ocurre pese a que el alcalde controla una mayoría en el Concejo Metropolitano. Menciona que no hay acciones que aseguren transporte público a los barrios periféricos y peor certezas para la puesta en marcha del Metro.

Según él, después de la pandemia los espacios públicos están abandonados, la recolección de basura y el tratamiento de lixiviados es una amenaza, el tratamiento de aguas servidas es un pasivo sin atención, las quebradas, que deben ser templo natural, por falta de mantenimiento, siguen siendo un riesgo.

Jéssica Jaramillo, quien impulsó la remoción del exalcalde de Quito, Jorge Yunda, opina que lo que vive la capital, “es una vergüenza”. Ella es una de las precandidatas a la Alcaldía y recorre constantemente varios sectores. “Yo que promoví la remoción de un alcalde corrupto tenía claro que dejarle al vicealcalde, que llegó de la mano con Yunda, no era lo mejor”, se cuestiona. Añade que Guarderas está al frente del Municipio porque así lo han querido los concejales.

Recoge los problemas que le hacen llegar en los sitios a donde va. Vías en mal estado, la inseguridad que va de la mano con la sensación de abandono, de falta de empleo, reactivación económica, entre otros.

Para la concejala Luz Elena Coloma en el tema de la inseguridad habría que hacer coordinaciones permanentes con el Gobierno central y con la Policía, además de iluminar los espacios verdes y parques.

Para ella, el caos vehicular está dado en gran medida por el uso del vehículo particular y si no hay restricciones en ese ámbito difícil resolver el tema.

Para Coloma el Metro sigue siendo el gran desafío y “hay que meter el acelerador para tener a ese operador y sobre todo, no politizar temas tan delicados como ese para que se pueda seguir sin tropiezos.

Guarderas, en su rendición de cuentas, defendió sus logros. Entre ellos el aumento de la ejecución presupuestaria o los 137.218 beneficiarios con 41 obras de apertura de calles, construcción de muros y otros servicios. También destacó la transferencia de 1,3 millones de dólares a las parroquias rurales que ha beneficiadó a más de 50.000 habitantes.

Reuniones. El tema de la inseguridad en Quito motivó una reunión entre autoridades de la Alcaldía y de la Policía el pasado 7 de abril. Habrá un nuevo encuentro.