¿Cómo retomarán clases presenciales los colegios y universidades?, ¿las alternarán con clases online? ¿Cómo ubicarán a los estudiantes en las aulas para mantener el distanciamiento y aforo idóneos? La asistencia a establecimientos educativos reactivaría otras actividades que se vieron enormemente afectadas, como las confecciones de uniformes, el funcionamiento de bares y el transporte escolar. La planificación debería estar ya muy adelantada para dar marcha a este engranaje productivo que genera muchas plazas de trabajo. De igual forma deben proceder restaurantes, cafeterías, hoteles, etc., adecuando espacios abiertos que permitan el cumplimiento de las normas de bioseguridad, para que la ciudadanía sienta confianza y frecuente cada vez más estos lugares sin temor al contagio.

Los centros comerciales deben también idear mecanismos innovadores, como bandas horarias para los distintos públicos, debidamente difundidas y ampliando las horas de atención diarias, por ejemplo.

Todas estas acciones activarían el mercado laboral en el sector privado, pero este esfuerzo debe ser respaldado por el Estado mediante exenciones tributarias en las inversiones de capital y con flexibilidad en la contratación de más personal para abarcar más turnos. La planificación urge y es tarea de todos.