Han pasado más de cincuenta años de los primeros esfuerzos por difundir la planificación regional y urbana en América Latina. Pese a determinados logros en el balance, bien podría concluirse que la planificación, tanto urbana como regional, por separado o en conjunto, ha constituido un gran fracaso. La consecuencia no es menor en el impacto que dicho déficit ha significado en el desarrollo de nuestras ciudades y regiones. El desorden predomina y cada vez será más difícil y más costoso el tratar de corregirlo. Lo peor de todo es que la ausencia de previsión en la dotación de servicios seguirá condenando a muy amplios conglomerados poblacionales a la ausencia de algunos básicos vitales, tal cual agua potable y alcantarillado, pero también los vinculados a conectividad, vías de comunicación y transporte público, seguridad y un largo etc.

Siendo tan notorio el efecto negativo de la ausencia de aunque solo fuese líneas gruesas que orienten el ahora anárquico crecimiento de las urbes y las regiones, que van juntos, bueno fuese que la Asociación de Municipalidades y el Consorcio de Consejos Provinciales tomasen cartas en el asunto a fin de evitar males mayores. Diario Expreso tendría mucha satisfacción en colaborar difundiendo las acciones que se decida realizar y, por supuesto, denunciando su ausencia.