Editorial: Que algo nos una

De los políticos y el Gobierno se espera poco. Que sigan entrampados en sus agendas particulares de impunidad y desinterés, o pensando en reelección

¿Qué une a los ecuatorianos? El fútbol suele ser un catalizador de pasiones. Cuando la selección juega, todos hablan de ello. Tras el pitazo final se vuelve a la dura realidad. El país atraviesa uno de los momentos más complejos de su historia reciente: masacres en calles y casas, tramas de narco-corrupción que salpican a la justicia y la política, asesinato tras asesinato, y ahora la fuga de uno de los capos de las mafias criminales. ¡Cuántos inocentes, como los hermanos del Guasmo Sur y su madre, deben morir y cuántos capos más deben fugarse de las cárceles para que la sociedad civil comprenda que debe unirse y reaccionar! De los políticos y el Gobierno se espera poco. Que sigan entrampados en sus agendas particulares de impunidad y desinterés, o pensando en la reelección. Si quienes deben hacer algo -porque para eso se les paga- no hacen nada, es el momento de los ciudadanos. Ecuador no puede cometer el gravísimo error de permitir que masacres, fugas de capos y entramados de corrupción se conviertan en parte de su paisaje diario.

Nos urge un Ecuador donde salir a la calle no sea un deporte de riesgo. Con verdaderos políticos que den soluciones efectivas a los problemas reales. Donde los jóvenes piensen en cómo sacarlo adelante en lugar de migrar. Donde los actos de corrupción sean la excepción y no la regla. Si el ansia de un mejor Ecuador no nos une, nada lo hará.