Mujer, proyecto inacabado socialmente
Se autoconstruyen mundanamente haciendo la comunidad, recreándose, afirmándose, posicionándose y proyectándose.
La mujer es un proyecto humano, psicosocial, cultural, político inacabado y en transformación. Se hace, teje y recrea día a día. Las comprendemos si lo hacemos histórica, sociopolítica y espiritualmente. Sin esto no hay conocimiento de su ‘ethos’ y logos históricos. Se autoconstruyen mundanamente haciendo la comunidad, recreándose, afirmándose, posicionándose y proyectándose. Son autoras-actoras sociopolíticas. Aunque estén silenciadas y negadas (árabes y cultura islámica); aun así son importantes, necesarias y trascendentes. No usemos la frase trillada: “detrás de todo gran hombre hay una gran mujer”. Es una absurda comprensión machista, sin base histórica. Seamos modernos: reconociéndolas como sujetos sociopolíticos, recreadoras culturales y de acción transformadora del mundo. Para esto no es necesario saber la historia de la femineidad ni de las grandes mujeres: científicas, escritoras, religiosas, heroínas y mártires. Solo se requiere redescubrirlas en nuestras abuelas, madres, esposas, amantes, novias, enamoradas, etc. Valoremos su rol histórico de mujeres guerreras. No como superféminas, salidas de caricaturas de filmes sino reales. Están en la más pura y mundana cotidianeidad. Así descubrimos su importancia en roles y acciones de la sociedad y el mundo. La modernidad las hizo sujetos políticos de importantes hechos y procesos de transformación diversos: políticos, culturales, literarios, científicos, etc. Por esto percibámoslas y comprendámoslas más allá de mujeres-hembras y reproductoras de la especie. Abandonemos la mirada teologicista y conozcamos su historia. Ahí están: Marie Curie (Nobel Química y Física), Virginia Woolf, Amelia Earhart, Frida Kahlo, Rosalind Franklin, Ana Frank, Malala Yousafzai (Novel de Paz), Elizabeth Blackwell, Donna Strickland (Novel de Fsica), Emmy Noether, Ada Lovelace, María Mitchell, Sheila Minor, Rosa Luxemburgo, Hannah Arendt, Clara Zetkin, Isadora Duncan, Simone de Beauvoir, Juana Inés de la Cruz, Madre Teresa de Calcuta, Ángela Merkel, Margaret Thatcher, Rosario Sansores, Isadora Duncan, Esther Duflo y Elinor Ostrom (Novel Economía), Gabriela Mistral, Alexandra Kolontái. Ya no son seres sumisos, silenciosos y de servidumbre, ni calladas. Son voces colectivas, conciencia y razón.