En las Partidas de Alfonso X el Sabio (finales del S. XIII) se lee: “La cárcel non es dada para escarmentar yerros, mas para guardar los presos tan solamente en ellas hasta que sean judgado”.

¿Sabio el Alfonso, no?

Porque sabía ya, allá por el año 1400, que -una vez hecha la travesura- si no te guardan, te fugas.

En cambio -siete siglos después- nosotros diseñamos el sistema opuesto: aquí el pillo roba porque sabe que va a salir. Y el funcionario que es acusado, no tiene que fugarse. Somos el país que patentó la nueva institución penal de avanzada: ‘el Prefecto grillete’. Los de Quito y Guayaquil fueron liberados -dizque- con estos juguetes que nos avergüenzan ante la faz del planeta.

Por eso el país miró con escepticismo la captura del new ‘Mr. Grillete’. A ver… vamos a decirlo como es: nadie se tragó la píldora. Porque ya nadie come cuento. Sabemos que el show fue puro amague. Que no estuviera en su casa a las 4.00 sonó a “corre… corre… que te cojo”. De ahí que el escritor del guion decidiera mejorarlo para que resulte creíble y al día siguiente “emocionó” al país con la supuesta captura.

Pareciera haber un tramado inalámbrico bajo la mesa (mejor dicho, bajo muchas mesas) que no permite sancionar a nadie. Porque si se sanciona a alguien, ese canta hasta en arameo y todo el mundo se jo…roba.

Entonces, sin necesidad de usar pantalón tubo como la guapa de Quito, el nuevo grilletito no servirá para maldita sea la cosa. Pues al llegar el momento, otra vez ‘volarán’ las oscuras golondrinas. Y esto si se cumple la orden judicial y el Prefecto en verdad tiene un grillete. Pues la burla más grande… (no se rían) es que lo soltaron sin grillete. Tonces, fue orden, pues el grillete es el justificativo de la libertad. Por eso la pregunta de fondo es: el eficiente y probo juez… ¿se cercioró de si aún existe el monitoreo de los juguetitos o solo acató la orden? ¿Ya olvidamos como todo el mundo se tiró la pelotita cuando el inservible grillete de Fernandito ocasionó que se burle de todo el país y tome las de villadiego? Ningún pez gordo cayó por eso.

¿Hasta cuándo se burlan del país?