El aeropuerto de Guayaquil

¡Ah!, por si acaso, no tengo terrenos en Daular, y por ahí solo voy a veces en bicicleta a pedalear
En los últimos días se encendió el debate sobre la pertinencia de contar con un nuevo aeropuerto en el mediano plazo, y de ser el caso, dónde debería estar situado. La discusión nuevamente tomó vuelo por las transacciones inmobiliarias privadas que se han sucedido en las proximidades del terreno destinado para la obra en Daular.
He procurado en esta columna recoger información de la Autoridad Aeroportuaria, de pilotos, exmiembros de la Fuerza Aérea, así como de otras personas con amplia experiencia en aviación. Todas las personas a quienes consulté coinciden en que el aeropuerto en el mediano plazo, debe salir de donde está. Las normativas internacionales (Anexo 14 de la OACI), exigen ciertas condiciones para ofrecer seguridad en la operación de los aviones más grandes, como distancias en los extremos de las pistas, desde el eje central de las pistas hacia los costados, superficie de transición, etc. Sin contar lo anterior, el actual aeropuerto no permite una expansión de la demanda de servicios o ampliación alguna. Dicho ello, ¿vale la pena hacerlo en Daular o utilizar la infraestructura de Taura, ahora que prácticamente no tenemos aviación supersónica? Lo primero en mi mente es que Taura ofrece mayor cercanía al Austro y a El Oro. Sin embargo, el tema pasa por lo técnico. Los estudios para un aeropuerto intercontinental en Taura tomarán no menos de 8 años; parece lo mismo, pero no es igual, tener una base aérea o un aeropuerto internacional. Lo que hoy dispone Taura es 700 hectáreas, y habría que expropiar otras 1.500 hectáreas, las cuales hoy son productivas. Siendo terrenos bajos los de Taura, una obra de la magnitud que se piensa requeriría un enorme movimiento de tierras. Además, los fondos disponibles hoy, y financiados por el actual aeropuerto, tienen un propósito específico en su cantón de origen.
Todos queremos tener un aeropuerto al cruzar la calle, pero no será posible tenerlo por mucho tiempo más donde está, y todo apunta a que la mejor decisión es Daular. ¡Ah!, por si acaso, no tengo terrenos en Daular, y por ahí solo voy a veces en bicicleta a pedalear.