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Modesto Apolo | La gran ganadora: la precarización

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Si nos preguntamos quién ganó con el NO, la respuesta sería: la precarización

El triunfo del NO en las preguntas referentes al trabajo por horas y al arbitraje internacional perjudicó al 55 % de la población que se encuentra en el desempleo o subempleo, realizando los denominados ‘cachuelos’, esto es, trabajo precario, sin seguridad social, ni beneficios de ley e incluso sin la remuneración que por ley le correspondería.

El triunfo del NO en dichas preguntas se dio gracias a la campaña engañosa de los sindicalistas, socialistas y movimientos indígenas, que sembraron el temor de los trabajadores con contrato estable indefinido de que serían despedidos para ser recontratados bajo la modalidad por hora, supuesto inexistente, porque el trabajo por horas era para el primer contrato entre empleador y trabajador.

Lamentablemente faltó claridad por parte del Gobierno en explicar cómo sería la implementación de dicha modalidad en el evento de ganar el SÍ. Faltó también la intervención de las cámaras de la producción, explicando que no existirían despidos masivos por parte del sector privado.

El triunfo del NO fue político para la izquierda y una pérdida para los desempleados e informales, al perder la oportunidad de ingresar a la formalidad laboral, gozando de todos los beneficios legales, tales como proporcionales de decimotercera y decimocuarta remuneraciones, proporcional de vacaciones y estar afiliado al Seguro Social, lo cual demuestra que para la izquierda prima lo ideológico sobre el interés del bienestar del pueblo, el cual seguirá sumergido en la informalidad y la precarización.

Igual reflexión merece el triunfo del NO en la pregunta referente al arbitraje internacional, pues ningún inversionista correrá el riesgo de perder su inversión, en caso de enfrentar un juicio, sometido al conocimiento de un sistema judicial internacionalmente rotulado como corrupto.

Todo inversionista busca seguridad jurídica en tribunales especializados, con jueces independientes y honestos, que den la razón a quien la tiene y no a quien la paga con dinero o con cargos.

Si nos preguntamos quién ganó con el NO, la respuesta sería: la precarización.