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Simbolismos hipócritas

Avatar del JOSÉ DE LA GASCA

Terán se sentó en el CJ con todo su folclor. Lo primero que hizo fue reconfigurar la mayoría de dicho órgano

Los jueces de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) creen que desembarazarse de Wilman Terán es facilito. Ellos creen que con decir que ahora le “retiran la confianza”, alcanza. Y piensan que con pedir a los vocales del Consejo de la Judicatura (CJ) que den un paso al costado e instar a otras a instituciones a “rever” las delegaciones que dieron a esos vocales, la grave crisis de la Función Judicial encuentra norte. Pero no, se equivocan.

Recordemos que Iván Saquicela, presidente de la CNJ, pretendió que creyéramos que la solución a todos los problemas de la justicia pasaba porque el CJ tuviese como presidente al delegado de la CNJ. Incluso, en principio, hizo hasta berrinche por sostener que era su potestad remitir la terna con los nombres de los delegados. Pero eso no funcionó y el Pleno de la CNJ, finalmente, intervino. En la práctica, ‘Saquipower’ muñequeó para que sea su terna la que se vaya al CPCCS y se lavó la cara con una convalidación del Pleno. O sea, una carambola.

Ya con presidente propio, ´Saquipower´ pasó a tener control total de la justicia. Se ufanaba conque “por fin” el CJ estaba debidamente presidido por alguien de la CNJ y que ya aquella aberración institucional que se vivía (que un vocal distinto al de la CNJ presida el CJ), debía terminar y con ello, los días de zozobra de la justicia. La cosa resultó aún peor.

Terán se sentó en el CJ con todo su folclor. Lo primero que hizo fue reconfigurar la mayoría de dicho órgano. Tuvo en Muñoz su etílico aliado y en Barreno, una conveniente cómplice. Entre los tres descabezaron a todos los cargos administrativos importantes del CJ. Pasaron la escoba y “barrieron” a cuanto servidor judicial les vino en gana. Ya con el espacio hecho, convirtieron al CJ en una agencia de empleo al servicio de la nueva mayoría. Aunque en el fondo, esa maquinaria sería patente de corso del ‘Saquipower’.

Y tampoco olvidemos que fue la propia CNJ quien puso a Saquicela a presidirlos. ¿Han pensado esos magistrados la forma en cómo le devuelven al país la credibilidad en la justicia?

 Ni con sus renuncias alcanza.