Son tiempos donde es inevitable plantear la pregunta. La respuesta queda para su fuero interno. Tal vez usted es de los que se ocupan solo de su metro cuadrado o tal vez de los que dedican sus talentos, tiempo y recursos no solo para beneficio propio sino para aportar a la sociedad. Lo cierto es que la situación que atravesamos es tan dramática, que si usted es de los que ven las cosas desde la grada ya no podemos darnos el lujo de tenerlo en la banca. Ha llegado el momento de saltar a la cancha. Hay que involucrarse.

Cálculos conservadores estiman que las bandas que el Gobierno ha declarado terroristas tienen aproximadamente 40.000 miembros. Lo que esto significa es que no estamos solamente ante un problema de Estado (políticas públicas, educación, empleo), sino ante una sociedad que ha perdido el amor y el sentido de pertenencia por su cultura, por su país, por su gente. Estoy seguro de que usted puede hacer algo para reducir ese número. Estoy seguro que usted puede al menos influir en la vida de una persona para que se aleje de los oscuros círculos de la delincuencia y ya no sean 40.000 sino 39.999. Hora de moverse.

Yo no soy nadie para decirle lo que debe hacer. Estoy seguro de que desde sus capacidades y conocimientos usted puede preguntarse dónde hemos fallado como sociedad y una vez identificados los motivos, contribuir a las soluciones. También estoy seguro de que usted puede -desde el ejemplo- transmitir valores como la solidaridad, la honestidad, la empatía. Estoy seguro de que puede demostrarle a su círculo que el trabajo honesto paga mucho mejor que la sapada y que no solo hay nobleza sino también placer y alegría en construir comunidad, en apoyar al vecino, en sostener a los que la están pasando mal (o peor).

Usted que se llama ecuatoriano y dice amar a su país. Usted, ¿qué está haciendo para que podamos abandonar la oscuridad y el terror?

Yo encuentro fuerza cuando pienso en mis hijos. No quiero ser un mártir, quiero que tengan un padre. No quiero irme, quiero que crezcan en este país. No solo me quejo, aporto desde mis actividades privadas a que algunas cosas mejoren. Lo estoy intentando.

De esta salimos juntos. Usted, ¿qué hace?