Villavicencio, el temerario

Lo del Campo Singue no ha terminado, el delito existe, está ahí. Después de ese día de terror, bien difícil está para los pillos correístas desmentir a su viejo testaferro y socio del alma: Capaya.

Como presidente de la Comisión de Fiscalización, cumple su obligación, que no gusta a los delincuentes acostumbrados a la impunidad y al olvido de sus delitos, en lo que por 10 años llamaron Comisión de Archivo. Con ocasión del llamado a Pareja Yannuzzelli, alias Capaya, a testificar en la Asamblea, Villavicencio pronunció una terrible sentencia: “Los únicos que conocen la verdadera trama de la corrupción son los delincuentes que la edificaron”. Uno de los principales delincuentes de la gran Estructura Criminal Organizada fue precisamente Capaya, loado funcionario que enriqueció a Correa y ahora es chivo expiatorio del proceso. Un exhaustivo organigrama entregó a Villavicencio, cumpliendo con su teoría de que solo con la conjunción de todos los organismos del Estado -Procuraduría, Contraloría, Fiscalía, ministerios de Hidrocarburos y Finanzas, Petroecuador, Petroamazonas y Comité de Deuda- se podía alcanzar semejantes éxitos. La venta y preventa de petróleo y compra de derivados dio $ 5.000 millones a los fascinerosos; Villavicencio destaca 4 delitos y denuncia complot entre correístas, socialcristianos y los primos Saquicela para destituirlo; comienzan castigándolo con 31 días sin sueldo. Irá a EE.UU. a denunciar los delitos, porque allá si funciona la justicia. Lo del Campo Singue no ha terminado, el delito existe, está ahí. Después de ese día de terror, bien difícil está para los pillos correístas desmentir a su viejo testaferro y socio del alma: Capaya.

Dr. Carlos Mosquera B.