Quisiera que fuésemos más civilizados, como los animales

Despreciar a un animal no evitará la réplica de preñez pero si se contrapone con las enseñanzas de Jesús

Hoy la sociedad vive sumamente estresada, razones hay muchas: delincuencia, pandemia, etc. Es precisamente ese estrés el que impide a algunos ver actos tan sublimes como es el caso de Lorenzo, un gato comunitario, de contextura delgada pero muy limpio, que por dos ocasiones ha preñado a Gordis, una gata que tiene familia.

En la víspera de los partos de Gordis y después, Lorenzo maulla con desespero en los exteriores de la casa de Gordis, con el afán de ver a su amada y por ende a sus crías, pero sus parientes políticos lo sacan a escobazos por considerarlo el culpable de la preñez y por comunitario. Ellos argumentan que teniendo cinco carros, Gordis no buscó mejor futuro. En el sector existen otras felinas, pero Lorenzo las ignora.

Lorenzo actúa como muy pocos hombres lo hacen, esto es, no abandona a su pareja en estado de gestación; por el contrario, desea conocer a sus retoños. Los propietarios de Gordis no la esterilizan por la religión que ellos profesan, sin recapacitar en que Gordis no va al culto y que el tema de esterilización de mascotas es una arista totalmente independiente.

Despreciar a un animal no evitará la réplica de preñez pero si se contrapone con las enseñanzas de Jesús.

Ec. Marysol del Castillo