Con la mínima seguridad, los profesionales de la salud han respondido sin implementos adecuados, sin la medicina necesaria, con sueldo de hambre. Su condición laboral es la más precaria. Los han puesto a trabajar hace 6, 8, 10, 12 años sin darles estabilidad en su sacrificada gestión. El presidente Moreno aprobó la Ley de Desarrollo Humanitario, cuyo art. 25 y la novena transitoria entregan a los profesionales de la Salud nombramientos definitivos. Sin embargo, como siempre, primero son los amiguitos, aunque no hayan estado frente a la pandemia. Así, los héroes son burla de la burocracia, que les escamotea lo que por ley les corresponde. Esta ley es Orgánica, se dice por excepción y única vez. Nada tiene que ver la Losep en el concurso, que se expresa en la ley. La forma y quiénes tienen derecho a nombramiento definitivo se encuentran reglados. Ni siquiera a los jueces constitucionales les obedecen; muchas acciones de protección les han dado la razón. La Defensoría del Pueblo tampoco quiere intervenir. El 25 de abril la Dirección de Talento Humano comunicó a las direcciones zonales la forma de actuar con respecto a entregar a los profesionales de la Salud sus respectivos nombramientos. El presidente tiene que hacer respetar la ley; y los jueces constitucionales multar y ordenar cancelación de los directores distritales hasta llevarlos a la cárcel por incumplir del art. 282 del COIP (incumplimiento de decisiones legítimas de autoridad competente).