Los esfuerzos no deben caer en saco roto

Muchos menores de edad no tienen acceso a la educación y ellas teniéndolo no lo valoran, cuando lo único que les corresponde es “estudiar”.

Hoy usé el servicio de la metrovía y sin intención escuché la conversación de dos estudiantes del último año de bachillerato, quienes estaban cerca de mi asiento. Ellas estaban preocupadas por las notas de sus exámenes. Una dijo que si no pasaba y para evitar la “cantaleta” en casa, seguiría los pasos de la “chama” y así nadie le diría nada y siempre tendría plata.

La otra estudiante preguntó cuál era el trabajo y la respuesta, en voz alta fue: “Ser p...”. Muchos usuarios la regresaron a ver y ella respondió: “a propósito lo dije alto para desde ya ir practicando y no tener vergüenza”. En cambio, la estudiante que preguntó dijo que estudiaría leyes para defender “choros” porque ahí es todo y no sudo mi cuerpo.

Muchos menores de edad no tienen acceso a la educación y ellas teniéndolo no lo valoran, cuando lo único que les corresponde es “estudiar”.

La Biblia en Deuteronomio 30:15 nos dice: “Mira, hoy te doy a escoger entre la vida y la muerte, entre lo bueno y lo malo”. Los padres de familia deben explicar a sus hijos las cosas con todos los pros y contras para así combatir la corriente del facilismo que impera hoy en día y lleva al callejón “de nada bueno” a quienes detestan el esfuerzo, convirtiendo en víctimas colaterales a todos quienes encuentran a su paso.

Ec. Marysol del Castillo