Hacer conciencia para entender la necesidad de cambiar

Necesitamos urgentemente rectificar el rumbo que sigue nuestra nación, cambiar la actitud que asumimos frente a los serios problemas que nos agobian y el comportamiento de quienes tienen el mandato popular de cambiar las cosas, como crecimiento de la pobreza y miseria, reducción de la productividad, pérdida de empleo, lacerante corrupción pública-privada, reducción del tamaño del Estado, que no guarda relación con la dimensión de nuestra economía; eliminación del burocratismo, detener el desbordamiento inmoral y ético que fomenta el delito; y posiblemente lo peor: impedir la desesperanza en las nuevas generaciones. Ecuador siempre ha sido un país atrasado. El problema es que ahora estamos más distantes de varios países de la región. Tomar conciencia de esta realidad nos puede ayudar a entender que necesitamos cambiar. Pero no cualquier cambio. A través de la historia hemos tenido políticos patriotas y más competentes que los de hoy, mas el tiempo es distinto: si no cambiamos, las posibilidades de recuperación serán más difíciles. La culpa mayoritariamente la tenemos nosotros, pues no hemos evitado el incremento de la corrupción, desbordada en los últimos 14 años, y la indignante impunidad de nuestra clase política tradicional y sus compinches, que han encontrado el camino ideal para corromper a la justicia, desprestigiar a las instituciones y enlodar la dignidad de la patria. Para cambiar no es suficiente exigirles a las autoridades. Es tarea de todos. Apelemos a nuestros gobernantes, pues si no cambiamos, a ellos les llegará primero la noche.

Ec. Mario Vargas Ochoa