Cartas de lectores: El ‘robavirus’

Este agresivo virus está matando a la población más desprotegida del país

Un nuevo virus ha surgido en el firmamento microscópico del entorno. Se desconoce si es de origen natural o es creado por la exorbitante codicia de ciertos individuos.

La semiología clínica sorprende por los extraños síntomas que están presentando los afectados: desde alteraciones de la personalidad, pesadillas y alucinaciones, hasta una transformación en personajes tristemente célebres, a quienes pretenden emular. Otro síntoma que afecta a las víctimas de este virus es la multiplicación de la codicia hasta niveles insospechados, siendo consumados por un deseo patológico e incontrolable de acumular urgentemente toda suerte de bienes materiales ajenos. Nunca admiten haber cometido estos delitos ni quieren devolver lo mal habido, lo que mantiene desconcertados a los científicos.

Se cuentan por miles los infectados por este nocivo virus, que afecta principalmente al cerebro, con diferentes intensidades, pues los lleva a robar desde millonarias sumas de dinero hasta las escuálidas billeteras de los peatones, pasando por toda la gama de posibilidades intermedias.

Son capaces de robar en todas partes: restaurantes, huecas, quioscos, bancos, calles y casas, y se apoderan de toda clase de objetos: autos, celulares, motos, tanques de gas, carteras, ropa, billeteras, cajeros automáticos y sobre todo de la paz ciudadana. Usan armas de todo tipo para amenazar y atacan con sevicia y lengua soez a sus víctimas.

Como una debacle moral y una catástrofe espiritual resumen los sabios al cuadro clínico de este mal que está afectando a la sociedad.

Finalmente, cuando son atrapados, en el clímax del brote, muchos se declaran ‘perseguidos políticos’, vociferando su inocencia desde la clandestinidad, y contaminando el aire con una alta dosis de impunidad y mal ejemplo.

Este agresivo virus está matando a la población más desprotegida del país, pues al quitar caudales de los bolsillos del pueblo están matando a niños, ancianos, jubilados y al personal de salud mental que lucha incansable contra esta terrible pandemia que nos agobia.

Gustavo Vela Ycaza