El IESS ha resistido las cargas administrativas que le han impuesto los gobiernos de turno: caja chica del Ministerio de Finanzas; competencia de la seguridad social como si fuese ministerio; devaluaciones del dos mil por ciento en 12 años, desde 1978 al 2000, para incursionar en la dolarización, que en la restitución de los fondos del IESS representa el 40% por 50 años (2.000%/40%=50 años), aplicados solo a las pensiones jubilares, salvo error u omisión; transferir del IESS las competencias de los ministerios de Salud, Inclusión Social y Agricultura, competencias que han sido derivadas al IESS. 

Con estos antecedentes, la vía prudente del presidente de la República sería utilizar el art. 147 numeral 5 de la Constitución para decretar regulaciones para moderar las cuatro agresiones económicas recibidas por el IESS. E ir cancelando la deuda del Estado al IESS utilizando el 1% del IVA, para ir disminuyendo las afectaciones al IESS de los tres mencionados ministerios y para que estos se preocupen con las regulaciones de hacer el control pertinente, bajo la vigilancia de la Contraloría. 

Lo mismo que amainaría ponencias de políticos que esparcen dentro de sus formaciones académicas, como si hubiera tiempo, proponiendo que se formen ministerios de seguridad, mixtos o privados o públicos, o cambios constitucionales, cuando lo correcto es aplicar la norma administrativa que ordena que en la misma forma que se hace se deshace. No hacerlo en la forma que no se puede, sino con regulaciones a los procesos que tienen en su concepto, principio y fin de los procesos. 

Luego buscar la instrumentación de la sistematización electrónica para mejorar el control, que previamente se haya establecido con la regularización de los procesos. Ello significa control. El personal administrativo debe ser capacitado para que controle y esté atento a los obstáculos, como crear dificultades para vender ‘facilidades’, y todos los pasos que rompan los esquemas ético y moral. 

Los requisitos para ocupar esos cargos de control serán estrictamente técnicos y permanentemente evaluados por la DNP, Dirección Nacional de Personal, o su pertinente.

Salvador Loffredo Autheman