Lo que nos aqueja y no nos damos cuenta

Tal vez no leerán este llamado de una persona que está casi al terminar su vida, pero ojalá yo pueda alcanzar a ver líderes para el bien, en todas sus expresiones...

Siglo XXI, todavía el COVID no se ha llevado a más de los que podían irse, los creyentes junto a Dios y los no creyentes, sinceramente no lo sé. Lo que sí sé como persona mayor y orientadora familiar, es que el mundo en que nací se está muriendo. Sí, muriendo, pero no solo de COVID. Se está muriendo la decencia, la honestidad; y la vulgaridad, bailando. El saber acatar órdenes, ¡qué va! A los sentimientos nadie los toma en cuenta. Se pronosticó que la familia se iba a unir más, a querer más, a poder enseñar, dar testimonio a los niños de lo bueno, de los labios de papá y mamá; pero con gran pena emergió a nuestra vista y paciencia el quemeimportismo: hago lo que me da la gana, robo en las narices de las compañías, del gobierno, de los casi muertos. Robo y mato, no hay piedad. Mato porque no me gustó la nariz de ese... Sí, sé lo que escribo y lo escribo con pena, porque quisiera saber qué está pasando, qué se ha salvado. Veamos: el planeta y las personas, muriendo; la gente robando inmisericordemente. La decencia muriendo. La caballerosidad ya murió. Los valores, muriendo; la empatía y la misericordia, muriendo. El respeto, ese ya hasta enterrado está. Los buenos políticos, ya muchos están muertos y otros muriendo. El respeto a padres, profesores y autoridades, muriendo. Ni qué se diga de la justicia, a ella la mataron y se la comieron. El honor, pobrecito, ese ya murió definitivamente. La violencia en el más alto movimiento de expresión y de agresividad. ¿Cuándo reaccionarán aquellos que tienen capacidades, dones? Ellos mismos los están enterrando. ¿Qué pasa con la juventud? Dejan, impávidos, que les roben la educación, sus derechos a hacer un país, un mundo más humano. Por favor despierten, se necesita personas que tengan muchos, pero muchos atributos, y en eso debe trabajar cada uno.

Tal vez no leerán este llamado de una persona que está casi al terminar su vida, pero ojalá yo pueda alcanzar a ver líderes para el bien, en todas sus expresiones... Ver que el mundo cambia para bien en todo y para todos.

Lupe de Manrique